Capitulo 18

4.3K 212 2
                                    


POV. ALBA

Siempre había deseado que mi primer beso fuera perfecto, en un sitio bonito con el chico del cual estuviese enamorada. Si provoqué a Natalia para que me besara era porque necesitaba quitarme la duda de saber que era esa atracción que sentía por ella.

No volvería a dejarme llevar por las hormonas, por el calor del momento. Nop. No se volvería a repetir. Nos habían interrumpido dos veces y estaba segura que ya no habrá una tercera. Definitivamente no dejaría que hubiera una tercera. Solo había sido un calentón, nada importante. Mi primer beso sería perfecto como me llamaba Alba Reche. 

- Perdón, nosotras... no... no es lo que parece -dije bajándome de la mesa.

Frase más cliché no tenías en el repertorio. Siempre que se dice "no es lo que parece" es exactamente lo que parece.

- Tranquilas chicas, yo también he tenido vuestra edad. Sé exactamente que está pasando pero tened cuidado. Aquí hay mucha gente y ver a dos chicas encima de una mesa de billar tienta a cualquiera -nos dijo Javi. Bajé la cabeza avergonzada. 

- No volverá a pasar, lo sentimos.

Y tan seguro que no volverá a pasar.

- Bueno, después de esta desafortunada interrupción vengo a pediros si podéis ayudarme con algo.

- Sí por supuesto. Si sabemos hacerlo, claro -dijo Lacunza.

- ¿Qué necesitas?

- Necesito que ayudéis a una chica a mover su coche de la entrada se le ha parado y no puede moverlo de allí y mi marido está ocupado así que...

- Claro, vamos a por los abrigos y bajamos.

Fuimos a por los abrigos a la habitación y salimos fuera del motel. Hacía mucho frío y estaba todo cubierto de nieve. Vimos a una chica incluso más alta que Natalia, metro noventa, rubia de pelo bastante largo poyada en un coche.

- Hola, creo que necesito ayuda -le dijo a la morena cuando nos acercamos a ella.

- Eso parece -dijo sonriéndole.

Encima tiene los ojos azules.

- Ella es Natalia y yo Alba ¿Tú eres? -pregunté lo más amable posible.

- Wendy -dijo- Como la de Peter Pan -Natalia sonrió.

¿Que le pasa a la estúpida de Lacunza? Eso no ha tenido gracia, ¿Por qué se ríe?

- Nosotras empujamos y tú intentas encender el motor ¿vale? -dijo. La rubia despanpanante solo le sonrío.

No dejes que se noten tus celos, Alba ¿Por qué estas celosa? No deberías estarlo.

Empujamos el coche hasta la parte de atrás del motel y después entramos de nuevo.

- ¿Lleváis mucho tiempo aquí?

- En Nueva York una semana, en el motel un día -contestó la morena.

Nos sentamos en un sofá de la sala de estar.

-  ¿Y tú? ¿Por qué estás aquí? -siguieron ambas conversando mientras yo prefería mantenerme al margen.

¿Y a ti que te importa por qué la operada esta está aquí, Lacunza?

- Iba de camino a una sesión de fotos pero la nieve me impidió continuar y encontré este sitio.

Ahora resulta que es modelo.

- Eres modelo -afirmó la morena y la otra asintió- A mí me encanta tomar fotos.

Lo que me faltaba, ver como Natalia coquetea con otras.

Cuestión de tiempo | AlbaliaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora