Capitulo 8

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POV. NATALIA.

- Venga hija, levántate. Nueva York te espera -oí decir a mi madre.

Me levanté de la cama y fui al baño. Después bajé a desayunar.

- Hola -dije saludando a todos en el comedor.

-  Quiero que me traigas una camiseta que ponga "Mi hermana estuvo en NY y solo me compró esta camiseta" -dijo Santi sentado en la mesa.

- Vale. ¿Los demás queréis algo en especial de allí? -pregunté.

No iba a llevarme mucho dinero para el viaje, me daba lástima pedirles más dinero a mis padres. Me habían pagado gran parte del viaje, no quería abusar.

- Lo que tú quieras, hija, pero tráeme algo -dijo mi padre sonriente.

Eran las cinco de la mañana, a las seis teníamos que estar todos en el aeropuerto porque nuestro vuelo salía a las ocho.

Al final fuimos todos al aeropuerto. Yo pedí que Santi y Elena no vinieran y se quedaran durmiendo pero ellos insistieron en acompañarme. Una vez allí, fuimos a encontrarnos con Sabela y sus padres que ya habían llegado.

- Hola, Sab ¿Hace mucho que estás aquí?

- ¡Natalia! -dijo al verme- No, llegué hace cinco minutos.

Saludé a sus padres que se quedaron hablando con los míos mientras Sabela y yo hablábamos de nuestras cosas. Cada vez llegaban más alumnos de nuestra clase y de penúltimo curso. Entonces llegó ella, como si de una celebridad se tratara. Iba junto a sus padres y Marina. 

Todos los chicos que pasaban por su lado se quedaban hipnotizados. No me extraña que la miraran. ¿Piensa llegar así a Nueva York? Como poco le dará una pulmonía. Estábamos en Enero, en Nueva York habría como 2ºC o menos.

Chica, tápate un poquito.

Se quedó con sus amigas y Marina tomada de su mano mientras que Rafi y Miguel Angel se acercaban donde Sabela y yo estábamos junto a nuestros padres.

- Hola, chicas ¿Nerviosas? -preguntó la mujer.

- Un poco, no me gusta la idea del avión -confesó mi amiga.

- Tranquila, no pasará nada. Alba también está algo nerviosa.

Así que estaba nerviosa. La miré y vi como un idiota de mi clase, Jhonny, se acercaba a ella. Se la comía con la mirada, la miraba con deseo y eso me asqueaba. Como se puede ser tan baboso.

Ella parecía no darse cuanta de cómo la miraba aquel chico, sólo hablaba con su hermana pequeña. En un momento, Marina me miró y yo la saludé con la mano dándole una sonrisa.

La pequeña vino hacia mí.

***************

POV. ALBA.

- Y si me da un ataque de pánico en el avión ¿mamá? -dije preocupada.

- Tranquila, hija, tomate este té y verás que se te pasan los nervios.

- No, no se me va a pasar, tengo miedo de que ocurra. No me gusta estar encerrada tanto tiempo ¿y si me pasa algo?

- Mira hija. Si te ocurre, en la mochila llevas las bolsas para poder respirar mejor y si ves que empiezas a sentirte mal cuentas hasta 50 y piensas en algo que te relaje como te dijo el médico - intentó tranquilizarme mi padre.

- ¿Y si pasa como la última vez y dejo de sentir los brazos y las piernas?

Yo siempre poniéndome en lo peor.

Cuestión de tiempo | AlbaliaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora