𝟬𝟭𝟮 : 𝗯𝗹𝗮𝗰𝗸 𝗻𝗮𝗶𝗹 𝗽𝗼𝗹𝗶𝘀𝗵 (𝘀𝗺𝘂𝘁)

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¿Llevar a Calum contigo al salón de belleza para hacerte la manicura? Si por favor. Probablemente estaría sentado a tu lado durante todo el rato, viendo intensamente como el chico que hacía tus uñas realizaba su trabajo, cortando y limando tus uñas hasta que estuvieran a tu gusto.

"Me gusta la forma." Murmuraría al sentir tu mirada sobre él, provocando que sonrieras y besaras su mejilla.

"¿Quieres escoger el color, cielo?" Preguntarías, haciendo que el chico te mirase con ojos agrandados.

"¿Puedo?" Asentirías, antes de que Calum se levantase alegre y besase tus labios rápidamente para a continuación dirigirse hacia la estantería llena de esmaltes de uñas. Lo observarías con admiración, viendo como se tomaría su tiempo en escoger el color correcto. Unos minutos después volvería con unos cuantos colores en sus manos. "No podía escoger entre estos cinco." Sonreiría algo avergonzado, presentándote los colores. Todos serían diferentes tonos de azul, su color favorito, desde un azul oscuro hasta un azul pastel.

"Utilicémoslos todos entonces. Cada color para una uña." Él se lanzaría de nuevo a tu lado, colocando una de sus manos sobre tu muslo mientras tú le explicarías al chico que estaba haciendo tus uñas lo que querías antes de que este comenzase a pintarlas.

Calum observaría intensamente, casi hipnotizado por lo bonitos que se verían los colores sobre tus uñas. Miraría las suyas de vez en cuando, imaginando como quedarían sus uñas pintadas. Notarías como su mirada pasearía de tus manos a las suyas unas cuantas veces y no podrías evitar preguntarle.

"¿Quieres hacerte las tuyas también?" Su cabeza se alzaría de repente, mirándote con una expresión de confusión, no demasiado seguro de si estabas hablando en serio. Reirías ligeramente al ver su rostro, asintiendo con la cabeza para demostrarle que de verdad hablabas en serio. Él asentiría suavemente, algo avergonzado de querer que sus uñas se viesen bien.

"Uh claro."

"Ves a escoger un color, cariño." Dirías, presionando un beso contra una de sus mejillas. Él volvería a mirarte con algo de confusión, frunciendo el ceño.

"¿No es eso algo raro? ¿Un chico pintándose las uñas?" Preguntaría, algo inseguro sobre si pintar sus uñas o no, nunca antes habría hecho algo así y no le gustaba la idea de ser juzgado por algo como esto. "¿No es algo femenino?" Para Calum la forma en que los demás lo mirasen era algo importante y no querría que se rieran de él por hacer algo que no fuese "masculino".

"No tienes por qué escoger colores vivos, Cal. Podrías pintarlas de negro o blanco, muchos chicos lo hacen. Solo por que tus uñas estén pintadas no significa que seas menos hombre. Además, yo creo que lucirías bastante sexy." Susurrarías la última parte, dándole un beso. Él asentiría, aún algo avergonzado y dándose la vuelta para ir de nuevo hacía la estantería llena de colores. Tú sonreirías, antes de dirigirte hacia el chico de las uñas y decirle lo que Calum quería hacerse. Él asentiría, dando una última capa y colocando tus manos debajo de la luz violeta.

Calum volvería con un pote de pintaúñas negro apretado entre su mano, sus mejillas algo sonrojadas.

"Ven aquí, cariño. Cambiémonos los sitios y así podrá comenzar con tus uñas." Le dirías, moviéndote hacia el sitio donde él habría estado sentado anteriormente. Él te miraría una última vez en busca de confianza, a lo que tú asentirías con una pequeña sonrisa. Se sentaría en la silla, dejando el esmalte a su lado y colocando sus manos sobre la mesa.

El chico del salón comenzaría a trabajar inmediatamente, cortando y limando sus uñas, empujando sus cutículas y cortando a los alrededores. Colocarías tu mano sobre una de sus piernas, la cual estaría moviendo nerviosamente, dándole un pequeño apretón. Comenzarías una pequeña conversión con Calum mientras terminaban con sus uñas.

"Te quiero." Dirías, inclinándote para dejar otro beso en su mejilla.

"Yo también te quiero." Respondería, justo antes de que el chico anunciase que ya había terminado. Ambos mirarías hacia sus manos, sus uñas ahora completamente secas y viéndose genial con su tono de piel. Las manos de Calum ya te encendían de por si, pero ahora con aquel color en sus uñas no podrías evitar sentirte aún más atraída.

"Se ven genial, cielo." Le dirías, algo abrumada ante el pensamiento de sus manos y lo que te podrían hacer. Él podría notar tu cambio de humor, pero decidiría no decir nada, simplemente te sonreiría abiertamente y besaría tus labios. Ambos le daríais las gracias al chico y pagaríais antes de salir del salón de belleza.

Calum agarraría tu mano y la entrelazaría con la suya, comenzando a caminar hacia el coche y abriendo la puerta para ti antes de cerrarla y caminar alrededor del vehículo para subirse en el asiento del conductor. Mientras daría la vuelta te tomarías tu tiempo en dar un profundo suspiro, tratando de calmarte y la tensión entre tus piernas.

Una vez Cal hubiese subido al coche, abrocharía su cinturón y encendería el motor, recostando una de sus manos sobre tu muslo y subiendo un poco el material de tu vestido. Suspirarías con fuerza al sentir como su mano se movía cada vez más hacia el interior de tu muslo.

"¿Estás bien, nena?" Te preguntaría con una pequeña sonrisa, viendo tu rostro.

"S-sí, estoy bien." Tratarías de sonar convincente, pero tu voz temblorosa te delataría.

"¿Estás segura? Pareces algo tensa." Diría, mientras uno de sus dedos comenzaría a pasearse sobre tu ropa interior. Darías un pequeño salto al sentirlo, haciendo que su sonrisa se ensanchase aún más, continuando rozando su dedo contra tu zona sensible.

"M-mierda." Murmurarías, llevando tu mano hacia su muñeca y sintiendo como su tacto se colaría por debajo de tus bragas. Él parecería tan despreocupado, manteniendo sus ojos en la carretera mientras conduciría.

"Oh se me olvidó preguntar, ¿aún puedo meterte mis dedos con esto puesto?" Preguntaría, aún con una sonrisa y jugueteando con tu entrada. Rápidamente asentirías, aumentando la fuerza de tu agarre sobre su muñeca.

"S-si que puedes, joder." Gimotearías. "Cal, por favor, no juegues conmigo."

"Dime qué necesitas, cielo." Susurraría, inclinándose para dejar un rápido beso sobre tu mejilla.

"Te necesito. N-necesito tus dedos." Suplicarías, otro quejido saliendo de tus labios. Mientras tú le suplicarías desesperadamente, él insertaría un único dedo en tu interior, moviéndolo lentamente.

"Esa es mi chica."


𝐈𝐌𝐀𝐆𝐈𝐍𝐀𝐒, calum hoodDonde viven las historias. Descúbrelo ahora