( 41 : FIRST SHOTS )

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Calum llevando a su hija de tan solo dos meses a que le pongan sus primeras vacunas sería la cosa más triste del universo. Los tres estarías despiertos temprano para acudir a vuestra cita con la doctora, los nervios comiéndote por dentro al saber lo que estaría por venir. Tu hija no iba a estar contenta de que le estuviesen toqueteando con todos aquellos utensilios médicos y menos aún cuando tuvieran que pincharle con una aguja al final.

Mientras esperaríais en la sala de espera tu pierna estaría moviéndose de arriba abajo rápidamente, acto que Calum notaría y se giraría para mirarte mientras sostendría a vuestra bebé contra su pecho.

— ¿Qué pasa, amor? — Preguntaría con dulzura, colocando una mano sobre tu rodilla para que parases de moverla. Tú lo mirarías con preocupación, soltando un suspiro antes de hablar.

— Solo estoy un poco nerviosa. Sé que va a estar llorando y moviéndose todo el rato y no me gusta verla incómoda. — Responderías, tus dedos acariciando con suavidad la mejilla de tu pequeña, quien estaría durmiendo y al sentir tu tacto sonreiría levemente.

Calum haría un puchero, su mano moviéndose hasta tu cara y levantando tu rostro con un dedo para inclinarse y besar tus labios. — Mi amor, estará bien, es solo un pinchazo. Es el bebé más fuerte que he conocido jamás, además de que me tiene como padre que soy un tipo bien rudo, seguro que le he pasado el gen. — Diría, rozando su nariz con la suya antes de que soltases una risa.

— ¿Tú? ¿Rudo? Te pusiste a llorar cuando te depilé las cejas el otro día. — Te burlarías, besando sus labios una vez más antes de dejar un beso sobre la cabeza del bebé. Calum rodaría los ojos justo antes de que oyerais el nombre de vuestra hija, comenzando a sentir como tus nervios incrementaban.

Ambos miraríais hacia la enfermera con una libreta en sus manos y una agradable sonrisa la cual devolveríais. — Estará bien, vamos. — Te aseguraría Calum, besando tu frente antes de levantarse de la silla con la pequeña entre sus brazos, quien apenas comenzaría a abrir sus ojos. Tú te levantarías seguidamente, agarrando su carrito antes de besar de nuevo su cabeza.

— Hola, mi amor. — Dirías, Calum sonriendo hacia las dos y besando su sien mientras esta soltaría un bostezo. Los tres os dirigiríais hacia donde la enfermera os estaría esperando, intercambiando un corto hola antes de que os dirigiera hasta una habitación.

— ¿Cómo estáis? — Preguntaría con amabilidad, volviendo a sonreíros.

— Estamos bien, gracias por preguntar. ¿Qué hay de usted? — Respondería Calum, sentándose en una de las sillas de la habitación con la pequeña aún entre sus brazos.

— Oh estoy muy bien, gracias. Ahora voy a tomarle el pulso y temperatura muy rápidamente y la doctora debería estar aquí en unos minutos. — Comunicaría la enfermera, agarrando unas cuantas cosas antes de comenzar. Tu pierna comenzaría a moverse de nuevo, la mano de Calum dirigiéndose de vuelta a tu rodilla.

𝐈𝐌𝐀𝐆𝐈𝐍𝐀𝐒, calum hoodDonde viven las historias. Descúbrelo ahora