( 56 : "YOU KNOW I CAN SEE YOU?" )

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— ¿Sabes que puedo verte, cielo? — Anunciaría Calum, viendo tu cabeza asomándose por la puerta del baño mientras tus mejillas se sonrojarían con fuerza y él sonreiría.

— Perdón. — Murmurarías, finalmente entrando en el baño del hotel donde Calum se estaría preparando para un evento. Estaría vestido con unos pantalones de vestir y su mítica camiseta negra sin mangas, su camisa y chaqueta estarían colgadas detrás de él y sus doc martens esperándolo en la habitación. Cal sonreiría suavemente al verte envolver tus brazos alrededor de su torso, poniéndote de puntillas para poder descansar tu barbilla sobre su hombro.

— No pasa nada, bebé. — Respondería, sintiendo como dejarías un beso sobre su mandíbula y sonriéndole a través del espejo.

— ¿Ya casi estás? Ash dijo que teníamos que estar en recepción en cinco minutos. — Informarías, abrazándolo con fuerza y dirigiendo tu mirada hacia los tatuajes situados bajo sus clavículas, los cuales se asomarían por las esquinas de la camiseta. Calum se daría media vuelta, colocando sus manos sobre tu cintura acercándote a él. Tus dedos se moverían hasta la tinta en su piel, trazándola antes de sonreírle suavemente.

— Solo tengo que terminar de vestirme y estaré listo. — Diría, inclinándose para pegar vuestras frentes y rozar vuestras narices levemente, tus brazos rodeando su cuello para acercarlo y uniros en un beso. Calum sonreiría contra tus labios, moviendo una mano contra tu mejilla con cuidado para no arruinar tu maquillaje. La lengua del chico acariciaría tu labio inferior, sus dientes mordiéndolo suavemente mientras te apartarías, viendo como te sonreiría de una forma juguetona.

— No comiences, si no no llegaremos nunca a tiempo. — Dirías, golpeando levemente su pecho a la vez que él soltaría una risa al oír tu tono.

— Vamos, bebé. ¿Qué dices de uno rápido? — Bromearía, mordiendo sus labios para tratar de aguantar la risa.

— Lo digo en serio. Ahora vamos, tienes que terminar de prepararte. — Lo mirarías con seriedad, apartándote de él para agarrar su camisa y extendérsela. Calum la agarraría, deslizando el material recién planchazo sobre sus brazos.

Darias un paso al frente, comenzando a abotonar la camisa mientras el chico te miraría con una sonrisa, observando con atención cómo sacarías la punta de tu lengua con concentración. Metería el final de la camisa en sus pantalones una vez hubieses acabado y se movería para colocarse la chaqueta, finalmente metiendo sus pies en las botas. Colocarías bien el cuello de su camisa antes de deslizar tus manos por su torso, ajustando su camisa.

— ¿Me veo bien? — Preguntaría mientras ambos os giraríais para verlo reflejado en el espejo. Sentirías como tus rodillas podrían fallarte en cualquier momento, simplemente se vería tan bien en su outfit completamente negro.

— Te ves realmente apuesto. El negro te favorece mucho y creo que tu corte de cabello me gusta más cada vez que te miro. — Dirías, a lo que Calum rodaría sus ojos mientras tú pasarías una de tus manos por su cabeza rapada. Casi te habrías puesto a llorar cuando te hubiese anunciado que iba a cortar y teñir todo su cabello, deshaciéndose de todos los rizos que tanto amarías. — ¡Lo digo en serio! — Te defenderías. — Me gusta mucho como te ves con la cabeza rapada. Te ves caliente. — Añadirías juguetona, acercándote para besar sus labios.

— Muchas gracias. — Contestaría al separaros. — Tú también te ves preciosa, ángel. — Halagaría, colocando un mechón de cabello detrás de tu oreja. Tú no podrías evitar sonrojarte, el chico amando como se vería sobre tu cuerpo el vestido que habrías escogido para el evento.

— Gracias. — Dirías con una sonrisa vergonzosa mientras él daría un suave apretón a tu cintura.

— Por supuesto, bebé. — Susurraría, levantando tu rostro por tu barbilla para que vuestros labios se volviesen a encontrar. Casi te volverías a derretir ante su tacto, tus manos moviéndose a acunar sus mejillas mientras las suyas a tu cintura, acercándote lo máximo posible a su cuerpo.

Ambos os separaríais con una sonrisa en los labios, vuestros labios algo más hinchadlos que antes.

— Por cierto, felicidades de nuevo. — Dirías, la sonrisa de Calum ensanchándose aún más al oírte. Obviamente ya le habrías felicitado anteriormente nada más despertaros, pero aun así no querrías que se le olvidase que seguiría siendo su día especial.

— Gracias, cariño. Te amo.

Le sonreirías con dulzura, besando su boca una última vez antes de agarrar su mano.

— Yo también te amo, Calum.

𝐈𝐌𝐀𝐆𝐈𝐍𝐀𝐒, calum hoodDonde viven las historias. Descúbrelo ahora