( 64 : YOUR VERY OWN LULLABY )

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Soltaste un suspiro mientras salías de la ducha, envolviendo tu cuerpo en una toalla del hotel para absorber las gotas que caían por tu piel.

Ya era bastante tarde por la noche y tú y tu novio Calum acababais de llegar a vuestra habitación. El jet lag te tenía exhausta considerando que acababas de salir de un avión hacía tan solo unas horas para sorprender a tu novio de tour.

Caminaste hasta la pica del baño para así poder acabar con tu rutina, lavando tu cara y dientes antes de vestirte con una de las camisetas de Calum y tu ropa interior. Al salir te pudiste encontrar con un Calum tumbado en medio de la cama utilizando tan solo sus boxers y luchando por mantener sus ojos abiertos.

Reíste levemente y viste como levantaba la cabeza al notar tu presencia, inmediatamente levantando sus brazos y haciéndote manitas para que te acercaras a él.

— Ven a la cama, ángel. — Dijo con su voz algo ronca, mirándote de arriba a abajo y sonriendo al admirar como te quedaba su camiseta. Tus pies te dirigieron lentamente hasta la cama, las manos de Calum acomodándose sobre tu cintura para empujarte hacia él en un intento de que te acostases a su lado.

Soltaste una risa al caer sobre su cuerpo, vuestros rostros separados por tan solo unos centímetros y vuestras narices rozándose mientras Cal te sonreía dándole un apretón a tu cintura.

— Dame un momento, Cal. — Dijiste, el cansancio notándose en tu tono de voz. Conseguiste sentarte colocando tus manos sobre su pecho para después acariciar su cabello mojado, besando su frente antes de que te soltase. Te moviste para poder alcanzar tu maleta, rebuscando entre esta en busca del pequeño contenedor naranja que contenía tus pastillas para el sueño.

Habías estado sufriendo de insomnio durante unos cuantos meses, así que te recetaron unas pastillas las cuales te hacían poder dormir lo suficiente como para poder estar descansada. Tus prendas de vestir rápidamente comenzaron a estar esparcidas por el suelo, tu ceño frunciéndose con confusión y antes de que pudieses hablar Calum lo hizo primero.

— ¿Qué estás buscando, cielo? — Te giraste para mirarlo, viendo como se recostaba sobre sus codos para poder observarte con atención al ver tu rostro de pánico. — ¿Qué pasa?

— No encuentro mis pastillas. — Contestaste con preocupación, tu voz casi inaudible. Los ojos de Calum se movieron de ti a tu maleta, no encontrando el contenedor naranja por ninguna parte y volviendo a mirarte. — ¿No estarán en tu equipaje de mano o tu neceser? — Sugirió con esperanza, viendo como tu cuerpo se relajaba levemente al escucharlo.

Te levantaste del suelo caminando rápidamente hasta tu equipaje de mano pero nada. Tus pertenencias ubicadas dentro de tu neceser ahora se encontraban por todo el baño pero soltaste un gruñido al no encontrar nada.

Al volver a entrar en la habitación te encontraste con Calum ahora completamente sentado, mirándote con un puchero al ver como negabas con la cabeza.

𝐈𝐌𝐀𝐆𝐈𝐍𝐀𝐒, calum hoodDonde viven las historias. Descúbrelo ahora