𝟬𝟭𝟴 : 𝘀𝗶𝗰𝗸 𝗯𝗼𝘆

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Tengo el presentimiento de que Calum enfermo sería demasiado empalagoso y lo único que querría sería estar abrazado a ti. Se despertaría sudando a mares, su cabeza doliendo y su nariz congestionada. Gruñiría, llevando su mano hasta su cabeza cuando sintiese un pinchazo en esta y cerrando los ojos con fuerza.

"Joder." Murmuraría silenciosamente. A pesar de estar todo sudado tendría mucho frío así que se arroparía aún más mientras un escalofrío recorrería su cuerpo. Un par de minutos después abriría sus ojos en tu búsqueda, pero volvería a gruñir al encontrarse con una habitación vacía.

"¿t/n?" Llamaría, inmediatamente arrepintiéndose al sentir como su cabeza volvería a doler y enterrando su rostro entre las almohadas, inhalando tu olor que aún permanecía sobre estas. Se quedaría un rato ahí tumbado, sus ojos casi cerrados y luchando por mantenerlos abierto. Unos minutos después entrarías en la habitación, Duke siguiéndote de cerca después de que lo hubieses sacado un rato al jardín.

Al entrar una sonrisa se formaría en tu rostro, viendo a Calum tendido sobre la cama, suaves ronquidos escapándose de sus carnosos labios. Lentamente te sentarías a su lado, apartando el cabello de su frente y besándola pero apartándote rápidamente al notar lo caliente que estaría.

"Oh cielo, estás ardiendo." Le dirías suavemente, a lo que él simplemente gruñiría. Tus dedos se enredarían en su pelo, acariciándolo mientras tu ceño se frunciría. "¿Qué te duele?" Preguntarías, presionando tu mano sobre su frente para sentir su temperatura de nuevo.

"Todo." Gruñiría, apegando las sabanas aún más contra su cuerpo. "La cabeza me está matando, la garganta me arde, estoy congestionado y me estoy congelando."

"De acuerdo, cariño. Iré a conseguirte algo de medicina y comida. Solo necesitamos mantenerte bien hidratado y descansado. Ahora mismo estaré de vuelta." Le informarías, levantándote pero siendo detenida por una mano sobre tu muñeca.

"¿Podrás quedarte a abrazarme cuando vuelvas?" Te preguntaría, sus ojos aún cerrados.

"Por supuesto que sí." Le asegurarías antes de besar su cabeza y salir del cuarto. Bajarías las escaleras y te adentrarías en la cocina, preparando un par de tostadas para el chico y agarrando una pastilla con algo de agua antes de volver a subir, encontrándote con un Calum durmiendo de nuevo.

Sonreirías con tristeza y te dirigirías hacia su lado de la cama, dejando el plato de tostadas y el vaso de agua sobre su mesita de noche antes de arrodillarte a su lado. Estaría tumbado de forma en que te estuviese dando la cara, su rostro apretujado contra su almohada y sus mejillas sonrojadas.

"Vamos, cielo. ¿Puedes sentarte? Te he traído unas tostadas y algo que hará que te sientas mejor." Sus ojos se abrirían lentamente, volviendo a soltar un gruñido.

"Duele."

"Lo sé mi amor, sé que duele. Toma, tomate esto, te sentirás mejor." Le entregarías la pastilla, llevando el vaso de agua hasta sus labios para que la tragase. "También te he hecho estas tostadas, deberías intentar comerte aunque sea una." Él asentiría, tomando una de las tostadas y dándole un bocado.

Una vez hubiese acabado de comer llevarías el plato a la cocina, aprovechando para llevarle algo más de agua. "Toma, te he traído un poco más de agua." Le informarías, dejando el vaso sobre su mesita de noche. Él alzaría sus manos hacia ti, pidiendo que te tumbases junto a él, así que eso harías.

"Vuelve a dormir, amor. Estaré justo aquí cuando despiertes." Le asegurarías mientras una de tus manos acariciaría su cabello y él acomodaría su rostro contra tu cuello. Así que pasaríais así el resto del día, tumbados en la cama y Calum quejándose cada vez que te tuvieses que levantar para hacer algo. Aun así, después de su tercera siesta del día estaría algo irritado, odiando como su cuerpo se sentiría sin poder hacer nada al respecto.

"No, no te levantes. Quédate." Te suplicaría, agarrándose de tu muñeca.

"Estaré de vuelta en un momento, solo quiero hacerte algo de caldo." Él volvería a quejarse, haciéndote sonreír.

"Pero no tengo hambre." Diría mientras tú acunarías su cara entre tus manos.

"Necesitas tener algo en el estómago, cielo. Aunque sea solo un poco, te hará sentir mejor."

"¡He dicho que no tengo hambre!" Respondería, esta vez bastante más serio. Esto te tomaría algo por sorpresa pero decidirías ignorarlo porque sabrías que solo estaba así porque se encontraba como la mierda.

"Vale, bueno. Ahora vuelvo." Besarías su frente antes de salir de la habitación, dejando que se tranquilizase. A pesar de sus quejas decidirías cocinarle algo de caldo, sabiendo que le iría bien tener algo de comida en el estómago. Cuando entrases de nuevo en el cuarto te encontrarías con Calum sentado en la cama con Duke en su regazo.

Al verte su ceño se frunciría levemente. "Sé que no tienes hambre pero-"

"Lo siento." Te cortaría, su voz evidentemente llena de arrepentimiento.

"¿Qué?" Le preguntarías, dejando el bowl de comida a su lado, no muy segura de por qué se estaría disculpando.

"He dicho que lo siento. He sido un completo imbécil contigo y no te lo mereces, solo estabas intentando ayudarme. Es solo que me encuentro fatal y estoy agotado y lo he tomado todo contigo. Así que lo siento." Se disculparía con ojos tristes. Tú te sentarías a su lado, acariciando sus desordenados rizos.

"Está bien, no estoy enfadada. Sé que no te sientes bien y no pasa nada." Le dirías, regalándole una suave sonrisa.

"No te merezco." Suspiraría, abrazando tu cintura y recostando su cabeza sobre tu regazo.

"Te mereces el mundo entero. Ahora te vas a comer este caldo que he hecho para ti y después irás a dormir, tienes que estar exhausto.


𝐈𝐌𝐀𝐆𝐈𝐍𝐀𝐒, calum hoodDonde viven las historias. Descúbrelo ahora