𝟬𝟮𝟱 : 𝗺𝗶𝗴𝗿𝗮𝗶𝗻𝗲𝘀

5.2K 229 3
                                    

﹀

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.












Imagina tener unas migrañas terribles y que Calum no lo sepa. Habrías estado lidiando con ellas ya por un tiempo por lo que se te daría bastante bien disimular el dolor. Algunos días serían peores que otros pero por la mayor parte harías un buen trabajo guardándotelo, no queriendo preocupar a nadie. Simplemente tendrías que esperar a que se pasasen, ya que nada parecería ayudarte a disminuir el dolor.

Así que un día estarías sola en casa, Calum se habría ido al gimnasio y tú habrías despertado con un terrible dolor de cabeza. Al principio no sería muy malo por lo que continuarías con tu día con normalidad, hasta que al rededor del medio día comenzaría a empeorar, doliendo tanto que tendrías que dejar de hacer lo que fuera que estuvieses haciendo para sentarte. Por lo que estarías sentadas en el sofá con tus rodillas contra tu pecho y agarrando tu cabeza entre tus manos, lágrimas comenzando a formarse en tus ojos mientras oirías la puerta abrirse.

"Ya he vuelto." Escucharías a Calum decir a lo lejos, sus pasos escuchándose con más claridad mientras caminaría hacia el salón. "t/n- oh hola, cielo." Te saludaría al verte de pie, tu cara ya limpia de cualquier rostro de lágrimas.

"Hola cariño, ¿cómo ha ido en el gimnasio?" Preguntarías, tratando de no mostrar todo el dolor que sentías, pero Calum no sería estúpido, él notaría inmediatamente que algo estaría mal así que se acercaría a ti rápidamente.

"¿Qué pasa, mi amor?" Preguntaría con un tono de voz lleno de preocupación. Tú negarías con la cabeza, parando al sentir un pinchazo y haciendo una mueca de dolor.

"N-no es nada, Cal. Estoy bien, solo me duele un poco la cabeza." Conseguirías decirle, evitando su mirada mientras tus ojos volvían a humedecerse.

"¿Te has tomado algo para el dolor?" Preguntaría suavemente, sentándose a tu lado y colocándote sobre su regazo. No podrías evitar soltar un sollozo ahogado al sentir otro pinchazo en tu cabeza, tus manos inmediatamente moviéndose para agarrarla. "Hey, hey, ¿por qué lloras, bebé? ¿Tanto duele?"

Tú no responderías, simplemente seguirías llorando al sentir el dolor intensificarse. En estos momentos Calum ya estaría completamente preocupado, no sabiendo que hacer ya que nunca te habría visto en este estado. "Vale, esto es claramente algo más que solo un dolor de cabeza. Por favor dime que puedo hacer, cielo." Te suplicaría, dejando que llorases en su hombro mientras acariciaría tu espalda.

"N-no se puede hacer nada, Cal. C-créeme, lo he probado todo, nada va a hacer que esta migraña desaparezca." Contestarías, apartándote un poco de su hombro.

"¿Migraña? ¿Tienes migrañas?" Volvería a preguntar, colocando sus manos sobre tus mejillas y haciéndote mirarlo. Tú solo asentirías con tus ojos cerrados. "¿Desde cuándo?"

"Ya las tenía antes de que comenzáramos a salir. Normalmente soy bastante buena soportándolas pero a veces son peores que otras." Responderías aún llorando.

"Oh mi amor." Suspiraría, limpiando las lágrimas de tus mejillas. "¿Por qué no me lo has dicho?"

"S-solo no quería que te tuvieses que estar preocupando por mi todo el rato."

"Pero es mi trabajo preocuparme por ti, se supone que soy el que te debe ayudar a que ese dolor desaparezca. Ese es mi trabajo como novio, tienes que decirme este tipo de cosas para ayudarte, o al menos tratar de hacerlo." Presionaría un beso sobre tu frente, apartándose de nuevo para volver a mirarte.

"Yo- vale. S-siento no habértelo dicho antes, pensaba que podría manejarlo por mi sola." Te disculparías, soltando un suave quejido al finalizar la frase.

"No tienes por que disculparte, solo me hubiese gustado que me lo hubieses dicho antes. ¿Ahora, qué puedo hacer para ayudarte? Por favor, déjame hacer algo." Le sonreirías, sintiéndote la persona con más suerte del mundo por tenerlo.

"¿Puedes abrazarme, por favor? Solo hasta que no duela tanto." El chico asentiría inmediatamente y se tumbaría para después colocarte sobre él, recostando tu cabeza sobre su pecho mientras que sus manos estarían sobre tu espalda. De vez en cuando soltarías algún quejido por lo que Calum besaría tu frente tratando de tranquilizarte.

"¿Por qué no intentas dormir un poco? Tal vez ayude un poco." Asentirías ante su sugerencia, dejando que tus ojos se cerrasen mientras él volvería a besar tu cabeza, murmurando algo sobre lo mucho que te ama y como le gustaría poder hacer que el dolor desapareciese.

Después de unos cuantos intentos para quedarte dormida finalmente lo conseguirías, haciendo que Calum soltase un suspiro de alivio. Odiaría verte en aquel estado y saber que no podría hacer nada para ayudarte, así que solo se quedaría allí contigo, acariciando tu cabello hasta que volvieses a despertar.

"Hola." Murmurarías algo adormilada.

"¿Cómo estás?" Preguntaría, presionando sus labios contra tu frente.

"Mucho mejor." Responderías. "Gracias por quedarte conmigo."

Él sonreiría. "Por supuesto, cariño." Se inclinaría para conectar vuestros labios en un beso.

"Te amo." Susurrarías, apartándote ligeramente y rozando tu nariz contra la suya.

"Y yo a ti."

𝐈𝐌𝐀𝐆𝐈𝐍𝐀𝐒, calum hoodDonde viven las historias. Descúbrelo ahora