Capítulo 13:

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ARLETTE:

Rondion llegó a Chicago dos horas después de que nosotros lo hicimos. Lo sé porque me lo informaron desde la pista privada en la que aterrizó y porque ha dejado un montón de mensajes de voz en mi teléfono, pero por más que lo necesite no volveré a cometer el error de dejarle ver lo importante que es para mí, por lo que lo hago esperar más tiempo por mí en su habitación de hotel dirigiéndome a la oficina del Fiscal del Distrito antes de visitarlo.

Esta es la primera vez que vengo aquí durante el día, pero Franklin y yo solíamos vernos en el edificio al anochecer de vez en cuando porque ese era el único horario en el que no habría llamado la atención del personal con mis guardaespaldas, por lo que sé exactamente hacia dónde dirigir mis pies. A pesar de la expresión boquiabierta de la secretaria tras la entrada del despacho, decorado con columnas victorianas, esta no me detiene cuando la paso de largo y presiono mis manos contra las puertas dobles. Del otro lado, un montón de hombres y mujeres en conjuntos formales en medio de una junta se dan la vuelta para verme con expresiones confundidas. Bartolomé, a quién solo he visto en fotos a lo largo de los últimos años, no hace más que hacer una mueca ante mi presencia. No luce en lo absoluto sorprendido de verme y tampoco ha cambiado mucho. Lo único que ha desaparecido es su cabello verde, dejando su natural tono oscuro, y su expresión risueña de drogadicto, pero estoy completamente segura de que en el fondo, tras el dolor de la muerte de su madre, sigue siendo el mismo chico que era víctima de los puños de su padre.

Inseguro y confianzudo.

El encantador ex jugador de fútbol que fue mi pareja durante el baile de graduación, mi amigo hasta que los Morello asesinaron a su madre para vengarse de su padre por haber sido mi cómplice y no pude hacer nada por ayudarlo porque lo único que tenía en la mira en ese momento era asesinar a Marcelo y este no me dejaba tomar la vida de nadie en Chicago, lo que debí respetar debido a que en ese momento era importante ganar su confianza.

Todo habría sucedido de manera diferente si el asesinato de su madre hubiera ocurrido ahora que tengo el mando de la Cosa Nostra en Chicago, pero en ese momento no era seguro para mí ponerme en esa posición o traicionar al viejo capo di tutti i capi.

Solo le pedí tiempo.

Innecesario, por cierto, ya que de todas formas Vicenzo regresó a la ciudad y extermino a los Morellos que quedaban con vida, exceptuando a la viuda de Salvatore, a los niños y a las mujeres.

Más cabos sueltos de los que tuve que encargarme.

─Arlette ─dice, levantándose de la silla de cuero tras su escritorio, cuando los presentes abandonan la sala de juntas y caminamos hacia su verdadera oficina, la cual conozco muy bien.

─Bartolomé ─respondo utilizando el mismo tono mordaz que él, puesto que la realidad es que estoy más allá de enojada por esto, abriendo mi abrigo, retirándolo y dejándolo sobre el espaldar de mi silla antes de tomar asiento frente a él con las piernas cruzadas.

Tener al Fiscal del Distrito de nuestro lado es importante.

─¿Hay algo que todavía no sepa que puedo hacer por ti?

─Sabes bien la razón por la que estoy aquí.

Él niega, sus ojos marrones burlones.

Además de su mirada, su cuerpo también ha cambiado un poco. Se ha hecho lo suficientemente grande como para ocupar demasiado bien el traje gris de dos piezas que está usando. Su mandíbula también se ha hecho más cuadrada y apretada. La verdad es que a pesar de que una pequeña parte de él se ve como el chico que intentó varias veces ganarse mi corazón, limitándose luego con ser mi amigo y ayudarme cuando lo necesité, mientras más tiempo paso con él esta se vuelve menor y más escasa.

Vólkov © (Mafia Cavalli III)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora