Capítulo 38:

32.5K 4K 6.5K
                                    

VICENZO:

Cuando llegamos al complejo de seguridad, somos recibidos por una agrupación de nuestros hombres, entre ellos Emi. Todos ellos llevan atuendos de combate, encontrándose armados y preparados para despegar cuánto antes. También emanan un aura que grita que están sedientos de sangre. Debido al retraso de la muerte de Luc, perdimos un objetivo, pero no podemos permitirnos perder más. El asiático estrecha mi mano y palmea mi hombro cuando lo alcanzo, su mirada clamando tanta venganza como la mía.

Uno de los nuestros ya no está.

Luc y yo tuvimos un inicio difícil porque deambulaba demasiado alrededor de mi esposa, cumpliendo a la perfección su papel como su perro guardián, y porque yo no le agradaba, aunque nunca entendí los motivos tras ello, pero cuando finalmente estábamos llevándonos bien, fue asesinado.

Sus ejecutores fueron eliminados en el acto, pero eso no es suficiente.

Hay un responsable y no fue uno de ellos.

Cuando descubramos su identidad, morirá de la peor de las maneras. Mientras tanto Arlette y yo continuaremos asfixiándolos hasta que se cansen y nos entreguen tanto a Chiara como a la mente maestra detrás del atentado en su contra. No soy estúpido. Sé que la querían a ella, pero son imbéciles si piensan que un accidente automovilístico es suficiente para deshacerse del anticristo. Una bomba nuclear tal vez, ¿pero un accidente? Todos salimos heridos. Luc murió, Hether casi pierde a su bebé y la movilidad de su brazo y yo todavía cojeo debido a la herida que dejó el cristal que se incrustó en mi pierna, pero mi esposa solo sufrió un pequeño rasguño en la frente.

Sigan riendo cuando digo que tiene un pacto con el diablo.

Un día este aparecerá en sus casas, les quitará la virginidad anal y me reiré en sus malditas caras porque nunca me creyeron cuando se los dije.

─Estamos listos para despegar ─me informa Emi─. Solo por hoy les haré el favor de tomar el puesto de Luc, pero no soy bueno haciéndome responsable de otros. Por una maldita razón no me he asentado todavía. Soy un espíritu libre. Además, los italianos no quieren a un chico asiático a cargo de ellos.

Aunque en otra situación no estaría seguro sobre dejarlo a cargo, afirmo.

Son tres misiones diferentes. Tres objetivos.

Por más que Arlette quiera estar a cargo de todo, no puede.

─Tienes mi permiso para irte.

Alza las cejas. Yo también lo hago cuando no se va al instante.

─¿Arlette está de acuerdo con esto?

─Jódete, Emi. Espero que mueras ─gruño antes de darme la vuelta, pero luego el recuerdo del cuello sin pulso de Luc viene a mi mente y giro el rostro hacia él─. No, en realidad no lo hago. Mata a todos y vuelve a salvo para que yo te mate a ti si me cuestionas de nuevo, japonés de mierda, pero vuelve.

Tras obtener una sonrisa de su parte mientras niega, sigo con mi camino. Arlette avanzó al interior del complejo y debo alcanzarla. Con cada paso que doy entiendo el por qué no lo demolieron tras la muerte de Luciano. Lo bueno de este sitio es que prácticamente es una base militar, por lo que hay espacio para todo. Para todos los integrantes de la mafia siciliana de la ciudad y sus familiares, así como también para dos aviones de guerra F-22 y un jet privado en una pista que hace una semana no estaba ahí. Gracias a los presentes del príncipe Khalil, ninguno de ellos podrá ser identificado en el aire debido a los dispositivos que bloquean las señales emitiendo altas frecuencias de radiación que distorsiona la imagen de los satélites y radares, así que probablemente después de hoy surjan teorías conspirativas sobre tres objetos no identificados sobrevolando el espacio aéreo.

Vólkov © (Mafia Cavalli III)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora