Capítulo 39:

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ARLETTE:

Luego de que enviamos a Javier de regreso a casa, inmediatamente tomamos un vuelo corto a Tijuana porque no es seguro para nosotros permanecer en territorio del Cártel de Sinoloa luego de haber decidido cortar relaciones con él y no dudo que lo primero que haga Javi al encontrarse con sus hombres sea exigir nuestras cabezas en bandeja de plata, en el dado caso de que pueda hablar ya que las condiciones en las que lo dejó mi esposo no fueron las mejores y este perdió un par de dientes frontales que Vicenzo guardó para su colección personal, la cual tiene como piezas principales su fea gorra de beisbol y el cuchillo con el que cortamos nuestro pastel de bodas como sus tesoros más preciados.

Durante el trayecto no solo viajamos con Gavin y con nuestros hombres, sino también con Porfirio y algunos de sus chicos. A diferencia de lo que fue nuestro aterrizaje en Sinaloa, rodeados de una hermosa vista y vegetación, en Tijuana somos recibidos por suelo inerte y gris producto de las detonaciones de mis más recientes adquisiciones en el mercado negro gubernamental al que no todos tienen acceso. También por varias hileras de hombres llenos de carbón y sangre que silban y gritan palabras obscenas en español cuando, tras un suspiro de mi parte, nos bajamos en la pista de la base que hasta hace poco perteneció a su amigo. Sus expresiones de alegría y victoria me hacen desear que todo fuera tan fácil en Chicago, en Sicilia o en cualquier conquista futura.

Si el manejo de mi hogar consistiera en asesinarlos a todos y adueñarme de sus territorios, ya la ciudad sería completamente mía, pero a estas alturas ya todos sabemos que es mucho más complicado que eso, el manejo de la familia, al igual que lo es un matrimonio dentro de la mafia.

Nadie puede negar que sea una mujer fuera de lo convencional, la excepción a la regla que se hizo a sí misma, pero no puedo evitar sentirme agradecida cuando Vicenzo me cubre con su cuerpo de camino a Hernán, el líder del Cártel de Tijuana que tomó la decisión de unirse al Cártel de Jalisco para recuperar el control sobre sus rutas y convertirse en una de las partes que forma el Cártel de Tijuana Nueva Generación. Con respecto a ellos, estoy segura de que una vez saquen al Javier del panorama se comerán entre sí y que para entonces este, si no está muerto, o alguien más usará eso a su favor, pero aunque nunca pensé que vería el mundo de esta manera, debo admitir que en ciertos casos visualizar el futuro es un obstáculo y lo que importa es el aquí y ahora.

Aquí y ahora no puedo permitir que los rusos sigan generando ingresos.

Una guerra no solo se trata de sangre.

Se trata de dinero. Se trata del hambre que pasarán sus hombres en sus escalafones más bajos, quizás llevando el asunto a una revuelta ya que de nada sirve tener las mejores armas del mundo si no tienes a nadie dispuesto a manejarlas, y de pérdida de influencias.

De poder.

En mi juego no solo asesino a mi víctima. La arrincono. La destrozo y luego, si su vida no vale nada, la tomo. Mariano Borgetti me sirve todavía respirando porque es un ejemplo de lo que le pasará a mi propia gente si me desobedece. Javier Rodríguez a partir de ahora cumplirá la misma función con mis socios en todo el mundo, los cuales no dudo que le darán la espalda a la Bratva luego de oír las repercusiones que su comportamiento tuvo y a pesar de haber estado acostumbrados a trabajar con ella porque hasta hace poco Iván todavía vivía y la paz reinaba entre nuestros respectivos reinos. Tras contemplar los escombros de lo que antes era la estructura militar del Cártel de Sinaloa, llevo mis ojos al rostro arrugado de Hernán Castilla. A pesar de que me recuerda a Fósil debido a su edad, las similitudes mueren con su vejez. Su tez es morena, sus ojos marrones son saltones y viste prendas con las que nunca lo identificaría como el líder. Vaqueros sucios, una sudadera bajo un chaleco de pesca y zapatillas deportivas viejas.

Vólkov © (Mafia Cavalli III)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora