Capítulo 1: El cambio
Hoy era el temido día. Ese mismo momento en el que todo estudiante deja de ser feliz para enfrentarse a los retos que tendrá por delante. Si señores, hoy era el comienzo del año escolar.
Si fuera otro colegio no me molestaría que el año comenzara. Después de todo tenía bastante facilidad con los estudios y no me costaba mucho alcanzar los estándares que mis padres me exigían. Sin embargo, estábamos hablando del internado para niños consentidos más temido del país.
Élite.
Ni yo misma sabía cómo había acabado allí. Un día estaba tan tranquila en mi casa jugando con mis muñecas cuando apareció mi madre con un folleto de mi nueva escuela.
Así fue como entré a Élite con doce años.
Y cinco años después ahí seguía, atrapada entre esas malditas paredes. Aunque en sí el internado estaba bastante bien, muy exigentes pero teniendo en cuenta que seríamos los futuros líderes del país era compresible. Además tenían un maravilloso programa de arte que me encantaba.
El problema eran sus estudiantes.
Ellos habían sido el motivo por el que a mitad del primer semestre del anterior curso mi padre decidió que lo mejor sería que pasara lo que quedaba de año escolar en un internado para chicas en Inglaterra. Y tengo que decir que fue la mejor experiencia de mi vida, ese tiempo en Londres me cambió por completo y ahora era una chica nueva.
Pero a lo que iba, los estudiantes me hacían la vida imposible. Yo pensaba que teniendo a un par de estudiantes con becas completas irían a por ellos, les encantaba presumir de su dinero. Que equivocada estaba. Resulta que mi prima tenía una muy mala fama dentro de Élite y cuando se enteraron que estábamos relacionadas vinieron a por mí como las hienas.
Hicieron de mi vida un infierno.
Yo solía leer muchos libros, y de pequeña mi favorito era el del patito feo. Era así como me veía en ese entonces, como un patito negro que estaba esperando su momento para convertirse en cisne. En serio, las fotos de esa época son mi mayor vergüenza hoy en día.
Llevaba siempre dos trenzas para amarrar mi cabello marrón claro. Mis ojos casi no se veían porque llevaba unas gafas de pasta negra del doble del tamaño de mi cara, y por si no fuera poco también tenía brackets, y junto a mi uniforme completaban mi imagen de pardilla total.
Así que la mayoría de sus bromas estuvieron dirigidas a mi aspecto.
Durante bastante tiempo me dolieron, pero llegó un punto que dejaron de importarme y les ignoraba. Sin embargo, eso fue mucho peor porque comenzaron las humillaciones como ponerme la zancadilla en la cafetería, tirarme los libros en clase...
Creo que la única que vez que pararon fue cuando otro acontecimiento mucho más importante sucedió en Élite. Olivia Martínez y Kyle Chase fueron secuestrados por el conductor del autobús, y todo Élite estaba revolucionado.
Para mi desgracia volvieron rápidamente a la normalidad.
La cuestión es que en medio de una llamada telefónica con mi padre, desde mi habitación para que no me lo confiscaran, las animadoras decidieron que era un buen momento para gastarme una de sus bromas. Total, que mi padre se enteró de todo y le puso al director una demanda por no hacerse cargo del bullying sufrido.
Esa fue la historia de cómo acabé en Inglaterra.
Las chicas de allí eran totalmente distintas a las de Élite, en lugar de humillarme me pusieron bajo su ala y me ayudaron. Gracias a ella había experimentado no solo un cambio físico brutal, sino también me sentía más segura de mí misma. Este año no pensaba dejarles que me siguieran pisoteando, iba a pararles los pies como Samantha me había enseñado.
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Electricidad y magnetismo
Teen FictionJo lleva toda su vida siendo víctima de humillaciones en Élite. Sin embargo, su vida da un cambio de ciento ochenta grados cuando en mitad del curso la mandan a un internado en Inglaterra de donde volverá irreconocible. Un nuevo curso ha comenzado e...