Capítulo 6: Lugar Secreto
-¿Vas a hacer deporte?- pregunté mirando fijamente a Danny, que se había cambiado a una ropa deportiva- ¿desde cuándo haces deporte? Porque que yo sepa lo máximo que haces es empujar a las gente para estar en primera fila en los conciertos.
Danny se encogió de hombros.
-Anna me castigó hasta nuevo aviso en la habitación, no puedo salir para actividades recreativas.
-Y vas a salir de todos modos- aplaudí- te estás ganando algo más grave.
Ella rodó los ojos.
-Según los estatutos a los estudiantes se les permite tener una hora de deporte, y como el gimnasio no está disponible la única opción es salir a correr. Así que Anna no puede prohibirme nada, estoy en mi derecho.
Me quedé mirándola asombrada.
¿Danny se ha leído los estatutos? Me parece tan irreal que estuve durante unos segundos procesándolo. Ella era más de hacer lo que le diera la gana sin importarle lo que pensaría el resto ni las consecuencias.
-¿Has mirado los estatutos?- pregunté.
Ella sonrió divertida.
-¿Cómo voy a saber que reglas puedo romper y cuáles no? Hay un límite que no puedes cruzar a no ser que seas Olivia. Además, estoy siendo legal utilizo la reglas en mi propio beneficio.
Eso tenía mucho más sentido. Quería aprovecharse de una vacío legal y de paso molestar a Anna, quien no podía mandarla de nuevo a su habitación mientras usara su derecho.
-Serías una abogada buenísima- apunté.
Me guiñó un ojo divertida.
-Soy trompetista linda, pero lo tendré en cuenta. Mis padres estarían encantados si me dignara a estudiar una carrera de bien.
Eso era otro tema en el que colisionaban. Querían que algún día Danny pudiera administrar su fortuna, sin embargo, sus aspiraciones iban mucho más allá. Se veía tocando en una orquesta, mientras le pagaba a un pobre infeliz para que hiciera lo que debía hacer ella en la empresa.
-Es una suerte que mis padres estén de acuerdo con que quiera estudiar bellas artes- comenté pensativa- creo que quieren regalarme una galería por mi cumpleaños.
-Deberían regalarte clases extra de conducir, eres terrible en eso- apuntó- lo de la galería no te costará.
La lancé un cojín enfadada.
-¡Tampoco soy tan mala!- me quejé.
Ella soltó una enorme carcajada.
-Acabaste en una cuneta- se burló antes de salir por la puerta.
Rodé los ojos y me apresuré a mirar por la ventana, mi amiga empezó a correr dando vueltas alrededor del internado, lo que logró que muchos profesores se quedaran parados mirándola como si supieran sobre su castigo.
Anna fue la siguiente en llegar, y tras una larga charla con Danny se sacó los estatutos del bolso y ambas empezaron a señalar las normas.
Negué con la cabeza.
A veces no sabía si ella prefería odiar e ignorar a todo el mundo o hacer a la gente enfadar con sus tonterías. Supongo que con Anna estaba claro, había escogido la opción de enfadarla hasta que no pudiera más.
Pobre directora.
No sabía donde se estaba metiendo.
Decidí en ese momento que también quería coger un poco de aire y animarme a dibujar algún lindo paisaje. Pero me negaba a ir hacia donde parecía concentrarse todo el mundo, me gustaba estar cuanto más lejos de los líos.
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Electricidad y magnetismo
Teen FictionJo lleva toda su vida siendo víctima de humillaciones en Élite. Sin embargo, su vida da un cambio de ciento ochenta grados cuando en mitad del curso la mandan a un internado en Inglaterra de donde volverá irreconocible. Un nuevo curso ha comenzado e...