Capítulo 26: La verdad

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Capítulo 26: La verdad

Estuve media hora intentando hacer entender a los dos cabezotas que tengo por padres que no estaba prometida, que no pensaba casarme con André y que pensaba cortar con él.

Mi madre estaba muy disgustada cuando tuvo que irse, porque se pensaba que yo nunca podría tener un novio y ahora que según ella lo tenía no debía dejarlo marchar. Que además era un chico encantador y muy guapo.

Sus quejas acabaron cuando le grité que si tanto le gustaba que se casara con él, porque yo no lo pensaba hacer.

Aún después de todo el numerito Anna me obligó a permanecer en su despacho hasta que se tomaran medidas respecto a la carta, y como Danny la había traído también debía de quedarse.

Delante de nosotras Corina entró al despecho y comenzó a llorar desesperada indicando que él la había violado, por su lado el profesor de historia se excusó diciendo que ella misma es la que le estaba amenazando. Sin embargo, ninguna de sus mentiras dio resultado porque Anna ya había mandado a inspeccionar la habitación de la chica y habían encontrado todas sus cartas, que decían que la relación era consentida.

Oficialmente Corina estaba expulsada y no teníamos profesor de historia.

Danny y yo caminamos después de todo el drama hacia nuestra habitación, lo primero que hice cuando nadie me vio fue mandarle un mensaje a Gabriela para que trajera a Copito.

Entonces mi amiga carraspeó.

-Jo, soy tu mejor amiga.

La miré confundida.

-Eres la única amiga chica que tengo, así que tienes todas las papeletas para serlo- apunté.

Ella rodó los ojos.

-Lo que quiero decirte es que no entiendo porque no me has contado lo...

Le levanté un dedo.

-¡No empieces tú con eso!- exclamé- ¡porque no estamos prometidos! ¡Se lo ha inventado él y no sé por qué! Y ahora Luke está enfadado conmigo.

-Entonces no creo que te haga mucha ilusión ver a André- comentó.

-¡¿Ilusión?! ¡Te juro que voy a matarlo!

¿¡Quién demonios se creía para decirle eso a mis padres!? Pensaba poner en práctica todas las ideas sangrientas que Danny me había dado durante los últimos años con ese sujeto.

-Que bien, porque está esperando en nuestra puerta.

Levanté la mirada como un cohete y como había dicho mi amiga el francés se encontraba apoyado en la puerta esperando mi regreso. Me dedicó una sonrisa lenta y sexy, dispuesto a conquistarme.

Puede que en otro momento me hubiera puesto nerviosa, pero ahora el enfado no me dejaba pensar.

Os juro que no soy una persona violeta, siempre he preferido mantenerme lejos de los problemas. Cuando había una pelea salía huyendo a pedir ayuda, porque me pongo muy nerviosa.

Por eso hasta mí me sorprendió lo que hice.

-Hola nena- me guiñó un ojo.

Fue como encender una mecha. Nada más decirlo me acerqué a él y sin que pudiera preverlo le di una cachetada, logrando que la forma de mi mano se quedara grabada en su mejilla.

Danny tendría que estar orgullosa.

Podía oír su risita detrás.

-¿Qué crees que has hecho?- le pregunté tranquilamente pero en cada palabra se palpaba la furia.

Electricidad y magnetismoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora