Capítulo 28: Ruptura

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Capítulo 28: Ruptura

-Danny, deberías irte- comenté- André y yo tenemos que hablar a solas.

El francés sonrió contento, pensando que después de su "acto de amor" querría oficializar nuestra relación, incluso puede que se ganara un par de besos de mi parte.

Pobre infeliz.

No se daba cuenta que lo nuestro estaba condenado desde el principio.

-¿Estás segura?- miró preocupada hacia André- puede que me quieras tener cerca por si... pasa algo.

Temía la reacción del chico, que pudiera ponerse violeto. Y siendo sincera si venía a por mí acabaría conmigo, yo no era precisamente muy fuete así que me acabaría de un golpe.

Esperaba que hiciera gala de su usual calma.

Aunque nunca se sabía, mi madre solía decirme que empiezas a conocer realmente a una pareja cuando se convierte en tu ex.

Técnicamente André y yo no éramos novios, pero la referencia venía siendo buena.

-No te preocupes- murmuré.

Danny asintió intranquila.

-Estaré en la habitación de al lado, la de Estefanía- aclaró- y cuando acabes podemos hablar sobre lo que vamos a hacer para que salgas del internado- sonrió.

Mi mejor amiga le dedicó un gesto con la mano a André para despedirse, y luego abrió la puerta y se marchó dejándonos solos.

Danny había mentido, estaba segura que no se encontraba en la habitación de Estefanía. Vamos apostaba mi gato a que ahora mismo estaba con la oreja pegada a la puerta intentando oír lo que decíamos, es más, podía predecir que había mandado a Dylan a la cocina para que trajera un vaso y oírlo todo mejor.

Reprimí una sonrisita cuando oí una pequeña queja, alguien le había dado un golpe a un chico, y luego unos pasos que se iban a toda velocidad.

Había dado en el clavo.

-¿Van a fugarse de Élite?- preguntó André divertido.

-Solo yo- especifiqué sentándome en la cama- pero Danny me va a ayudar a planearlo.

A André le brillaron los ojos marrones.

Me estaba dando cuenta que a André parecían gustarle muchos mis pequeños actos de rebeldía. Estaba segura que una chica como Olivia, rebelde por naturaleza, era su tipo. Cuando me había conocido se le había estropeado el radar o algo.

-Yo podría echarte una mano- sonrió- y me iría contigo por su puesto, así me enseñarías más cosas del país.

Tosí nerviosa.

-Yo... es una cosa que tengo que hacer sola.

Frunció el ceño.

-Bueno, al menos puedo ayudarte a planearlo todo. ¿Por qué tienes que irte? ¿Es por lo que dije a tus padres? Espero que no te haya causado muchos problemas.

Me masajee la cabeza.

-Pues sí- admití- es por lo que dijiste a mis padres. Pero no de la manera que tú te crees.

Copito comenzó a maullar enfadado. El gato saltó a mi cama y empezó a bufar a André, que estaba sentado justo donde a él le gustaba dormir su siesta.

A mi gatito no le gustaba el francés.

Había sido odio a primera vista. Copo de nieve miró como André me besaba encima de la cama, después de salir de debajo donde dormía plácidamente, y saltó encima de él.

Electricidad y magnetismoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora