Capítulo 33: Nada sale bien
Pov André:
Después de un rechazo lo único que quieres es quedarte metido en la cama sin hacer nada. Eso fue lo que hice durante los dos siguientes días, sin embargo, mi compañero de habitación me hizo levantarme para volver a la rutina.
No quería ver a Jo, y mucho menos a Luke.
Así que los evitaba todo lo que podía, como me sabía gran parte de sus horarios para comer iba a otra hora distinta. Con las clases era mucho más complicado, pero lograba aparecer en el último minuto y sentarme lo más alejado posible de Jo y de Luke.
A pesar de que los evitaba ya me había enterado de que estaban saliendo. Los rumores en Élite se esparcen rápido, y que yo estuviera antes con ella daba mucho de qué hablar.
Era la comidilla del internado.
Todo el mundo sabía que Jo me había dado calabazas para irse con otro, y odiaba estar pasando otra vez por la misma mierda.
¿Por qué nada me salía bien?
A ver si la odiosa actitud de los chicos que dicen que van a dejar de amar en las series de televisión va a ser la acertada. Porque después de mi primer fracaso amoroso me dije a mí mismo que no me impediría seguir adelante con mi vida.
Ya había aprendido bien la lección gracias, no te vuelvas a enamorar porque amar es destruir y ser amado es ser destruido.
Lo sé, sé que la frase no es mía. En mi defensa diré que me aburría mucho durante el verano y me he visto todas las series de Netflix. Además, Jo me había convencido para leerme los libros.
Como me gustó la serie decidí probarlos, pero no pensaba decírselo a ella.
-¿Necesitan ayuda con la preparación del festival?- pregunté a la profesora de arte- estoy dispuesto a colaborar.
Ya me había encargado de organizar todo para la galería que estábamos montando los de plástica, tan solo faltaba que llegara el día para colocar los cuadros. A estas alturas habíamos puesto sillones, cintas de seguridad donde irían las obras... No es porque lo hubiera diseñado yo pero parecía un auténtico museo y me sentía muy orgulloso.
Pero me había quedado sin nada que hacer.
Necesitaba ponerme en marcha, dejar de pensar en todo lo que me venía a la cabeza. Por ello quería meterme también en la organización del festival.
Gabriela me sonrió.
-Por supuesto. Toda ayuda es poca- señaló la entrada- están elaborando los carteles y colocándolos puedes ir a ver en que puedes ayudar.
Asentí más animado.
Bajé a toda velocidad a donde me había indicado, y me dirigí hacia la enorme mesa en donde varios alumnos estaban concentrados pintando una pancarta de bienvenida. Sin embargo, mis renovados ánimos se fueron al subsuelo.
¿Por qué Jo tenía que estar aquí?
Ella era la cabecilla de los del club de los carteles, les indicaba cómo debían proceder para luego centrarse en el suyo propio.
Me fijé en su naricilla arrugada y no pude evitar sonreír, cuando se concentraba solía hacer ese gesto y a mí me parecía de lo más tierno. Era una de las cosas que me habían cautivado de ella, su pasión por el arte muy superior a la mía por la música.
Me di la vuelta para hablar con cualquier otra persona.
Entonces me fijé en que Dylan y Danny también se encontraban ayudando. Ellos por su parte no estaban pintando, se dedicaban a colocar los carteles ya hechos, motivo por el que el pelirrojo estaba subido a una escalera sujeta por la chica.
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Electricidad y magnetismo
Roman pour AdolescentsJo lleva toda su vida siendo víctima de humillaciones en Élite. Sin embargo, su vida da un cambio de ciento ochenta grados cuando en mitad del curso la mandan a un internado en Inglaterra de donde volverá irreconocible. Un nuevo curso ha comenzado e...