Electricidad y magnetismo

Capítulo 20: Experta en problemas

Capítulo 20: Experta en problemas

La facultad de arte fue lo mejor que he visto en mi vida. Cumplía el prototipo de una facultad llena de futuros artistas, estaba llena de pinturas hechas en la misma pared, colgadas e incluso había un televisor donde se mostraban los cortos hechos por los alumnos de artes escénicas.

Me enamoré completamente.

Acababa de decidir que quería venir a estar universidad una vez terminara en Élite, y por una vez estaba pensando en mí en lugar de en otros. Mis padres se alegrarían al saber que esta había sido la escogida.

Luke caminó conmigo durante la visita a la facultad, no dejaba de hablarme sobre los alumnos que más habían triunfado en arte, todos nombres muy reconocidos.

Puede que mi emoción fuera contagiosa y por ello Luke se había decidido a volver a pasar algo de tiempo conmigo. No me importaba demasiado, porque estaba en mi facultad soñada junto a uno de mis mejores amigos, que casualmente iba a asistir también a la misma universidad.

André hizo varias veces el intento de acercarse, sin embargo, me escudé en el rubio. No quería hablar con él, que se pensara bien que quería decirme porque él era mucho de actuar por impulsos.

El resto de facultades no fueron tan emocionantes, al menos no me perdí en ninguna. Y enseguida volvimos al hotel.

Danny se estaba cambiando en mi habitación, negándose una vez más a utilizar la suya propia. Se había cambiado de modelito por lo menos tres veces y cuando le decía que me gustaba corría al baño a ponerse otra ropa.

¡Tampoco tenía tan mal gusto!

Lo que pasa es que las sudaderas y los vaqueros son ropa muy práctica.

-De verdad que estás muy guapa- suspiré- deja de cambiarte.

Ella se miró al espejo pensativa.

-No lo sé, estoy intentando llamar la atención- se giró para mirarme a los ojos- ¿tú te lo pondrías?

Llevaba una camiseta de tirantes rojas que le realzaba los pechos con un corazón ensangrentado atravesado por una flecha, luego unos pantalones de cuero que se le ceñían y por último unas botas de caña alta para completar el conjunto.

¿Estaba guapa? Por su puesto, Danny podría ponerse una bolsa de papas y seguiría siendo hermosa.

¿Yo me lo pondría? Pues no, pero porque no iba con mi estilo.

Negué con la cabeza.

-Demasiado sexo y rock and roll para mí- admití- pero eso no quiere decir que no me guste.

Asintió.

-Puede que funcione- se mordió el labio- aunque la primera parte me la voy a ahorrar.

-¿La del sexo? ¿Cuándo no te la ahorras?- pregunté divertida- Danny me sorprende que algún chico todavía intente ligar contigo, los espantas a todos de muy mala manera.

Se encogió de hombros.

-Si una persona de verdad me quiere no le importara hacer el esfuerzo- me señaló- tú misma lo hiciste.

Sonreí.

-Y no me arrepiento. ¿Vas a ir a un bar de moteros?

-No lo sé. Estefanía dice que conoce un sitio con buena música, a veces suben alguna persona al escenario para que cante junto a ellos.

Alcé una ceja inquisitiva.

-¿Cantar? Odias cantar.

Era algo que nunca llegué a entender, Danny cantaba a veces en la ducha y tenía una hermosa voz. Puede que no llegara al nivel de las divas americanas pero tenía talento, y al final puede que junto a su capacidad con la trompeta pudiera otorgarle algún puesto en el futuro. Tienes que enseñar todas tus cualidades y demostrar que eres la mejor.