Capítulo 3: Josie

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Capítulo 3: Josie

Odiaba las mañanas.

Durante toda mi vida no ha habido cosa que me ponga de peor humor que tener que madrugar, y eso que generalmente suelo ser bastante tranquila.

Danny siempre se reía de mí. Para ella era realmente divertido verme con cara de mala leche hasta que desayunaba, decía que era su parte favorita de mí: la Jo maligna. Una lástima que no me saliera cuando se metían conmigo, así al menos habría podido defenderme.

La cuestión es que prefería pegarme un tiro antes que tener que levantarme.

Sin embargo, Danny era de esa clase de chicas. Sí, de las chicas a las que les encanta madrugar porque sienten que pierden el día quedándose en la cama. Supongo que por eso estaba de mal humor todo el día, una vez se lo comenté y me lanzó un estuche a la cabeza.

Por eso mismo la canción de Thank u Next sonaba a todo volumen en la habitación, haciendo imposible que yo pudiera permanecer dormida. Y ya cuando Danny se puso a cantar me dieron ganas de lanzarle mi almohada de Katniss.

Me senté en la cama y comencé a frotarme los ojos.

-¿En serio?- me quejé- ¿tienes qué hacerlo a las seis y media?

Danny me dedicó una enorme sonrisa.

-Así me relajo, y además me ahorro despertarte.

Le lancé una mala mirada.

-Pero que son las seis y media Danny.

Ella rodó los ojos.

-No me digas linda, no veo la hora en el móvil ni nada. Ahora que estás despierta- sonrió- ya puedes entrar al baño para ducharte y prepararte, no quiero quedarme sin las cosas buenas en el desayuno.

Gruñí enfadada para luego coger mi uniforme y entrar en el baño como me había dicho Danny. Había cosas que nunca cambiaban, en Élite o madrugabas o te quedabas sin panqueques.

Yo adoraba los panqueques, y por eso mismo mi humor mejoraba cuando me los llevaba a la boca.

El agua consiguió despejarme y despertarme. En un tiempo record me di una ducha para vestirme con el viejo uniforme del internado, era algo que no echaba de menos. Tan horrible como siempre. Desde que se abrió el internado seguía siendo el mismo, sin embargo, había muchas chicas que conseguían que les subieran la falda.

Así es como las chicas de Élite saludaban, enseñando la ropa interior.

Danny ya estaba listas para ir al comedor cuando salí del baño. Ella solía entrar a la ducha por la noche, de esa manera podíamos gastar toda el agua sin preocuparnos por la otra.

-Ese no es el uniforme- señalé.

Danny se encogió de hombros con una enorme sonrisa.

-Lo he perdido, tendrán que mandarme a pedir otro.

Danny había elegido ponerse una blusa negra de un grupo de rock local, habíamos comprado camisetas a juego cuando fuimos al concierto, y unos pantalones vaqueros rotos. Seguramente acabaría en el despacho de la directora por romper el código de vestimenta.

Alcé las manos indicando que no pensaba seguir con el tema.

-¿Vamos?- pregunté ansiosa- espero que no hayan cambiado a la cocinera, hace los mejores panqueques del mundo.

Danny sonrió divertida.

Bajamos al comedor y como era habitual a esas horas casi no había estudiantes, tan solo una chica que seguramente acabaría igual que Danny en el despacho de la directora por romper el código de la vestimenta por estar vestida de negro. A su lado se encontraba un chico que no paraba de murmurar por lo bajo mientras encendía un par de velas.

Electricidad y magnetismoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora