Capítulo 18: Verdad

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Capítulo 18: Verdad

-Tienes mucha suerte de que me gusten los gatos- me advirtió Gabriela mientras cogía al pequeño Copito del suelo y comenzaba a acariciarlo- pero que sepas que no pienso cuidarlo más.

A pesar de usar un tono serio no paraba de mirar al gato con ojos tiernos, y supe que estaba mintiendo. Si se lo pidiera de nuevo ella aceptaría gustosa.

-Te prometo que solo será esta vez- sonreí- cuando vuelva del viaje a la universidad volveré a encargarme de él.

-¿Sabes que debería de dar parte?- me miró fijamente- si la directora se entera que hay un gato no autorizado en Élite y que yo lo sabía podría acabar en serios problemas.

-Mi intención es que nunca lo averigüe- dije animada- cuando volvamos te prometo que no volverás a ver más a Copo de Nieve- acaricié la cabecita del animal que rápidamente comenzó a ronronear contento.

Gabriela frunció el ceño.

-Bueno, bueno tampoco es eso- murmuró con las mejillas sonrojadas- tan solo...- suspiró- soy demasiado blanda.

Clara entró también en la habitación en ese momento. Llevaba un trasportín para llevarse al gato a la casa que compartía con Ian, y en la que ambas vivían, y cuidarlo hasta su vuelta.

Fue la profesora Serrano quien había oído por casualidad a Danny diciendo que no sabíamos a quien dejar al gato para cuidarlo, y no tardó en pedirle a mi amiga que le enseñara el animal. Por eso esa tarde, en la que me encontraba con André en la habitación viendo una película, pensé que estaríamos castigadas por el resto de nuestra vida escolar en Élite.

Sin embargo, Clara se enamoró del gato y prácticamente obligó a Gabriela a ayudarla a llevar a Copito a la casa de Ian durante estos dos días.

-¡Muchas gracias!- exclamó Danny colocando un brazo sobre mis hombros- cualquier cosa que necesitéis estamos disponibles todo el día, y si necesitáis algo para el gato entrad a la habitación y cogedlo.

Clara asintió contenta.

-Está en buenas manos- comentó abriendo el trasportín y metiendo a Copito en el.

Con lo que no contábamos es que el gato nos quisiera tanto que se echara a maullar desconsoladamente cuando lo colocaron ahí. Y estuve tentada a mandar a la mierda el viaje para quedarme con mi pequeño, pero Danny me dio un golpe en la cabeza y me recordó que nuestro gato era un mimoso y que estaría bien.

Eso esperaba.

Las dos cogimos nuestras maletas, llenas de lo que íbamos a necesitar, y salimos directas hacia el autobús. Todos los alumnos de último curso estaban ya haciendo cola para subirse, emocionados ante la perspectiva de salir del instituto.

André en cuanto nos vio vino en nuestra dirección.

-Déjame coger tu maleta- pidió arrebatándomela de las manos con una encantadora sonrisa.

-No hace falta- me apresuré a decir- es de ruedas, no me pasa nada.

Danny suspiró a mi lado.

-Jo, no es por pesar- explicó- es la típica cosa que hace un novio por una novia.

-No somos novios- dijimos a la vez.

Habíamos salido un par de veces después de nuestra primera cita y tengo que decir que me lo pasaba muy bien con él, sin embargo, no habíamos oficializado nada. Yo estaba esperando una muestra de intenciones por su parte, quería esperar a que estuviera seguro.

Electricidad y magnetismoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora