Capítulo 8: Huida

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Capítulo 8: Huida

Escuchamos los gritos antes de llegar a la plaza.

Mi primera reacción fue darme la vuelta para ir por otro camino, lo que menos me gustaba era meterme en medio de una pelea. Sin embargo, Danny había adivinado lo que iba a hacer y me cogió del brazo para impedir mi huida.

-¿Qué haces?- le pregunté- vamos mejor a otro sitio. Hay muchos lugares interesantes que visitar.

André frunció el ceño.

-¿Por qué? ¿Qué ocurre en la plaza?

El francés se puso de puntillas e intentó ver que ocurría en la plaza sin mucho éxito porque estábamos demasiado lejos.

-Yo creo que es mejor no saberlo- sonreí animada.

Danny negó con la cabeza.

-Es parte del encanto de la ciudad. Además, ¿no tienes curiosidad por saber qué es todo ese griterío? Venga André, haz gala del atrevimiento propio de los de tu raza.

Bufé.

-No tiene una raza distinta- me quejé- y él hará lo que desee.

André amplió su sonrisa y miró orgulloso a Danny.

-Me temo amor que la fama de los francesas no es de atrevidos, es de seductores- se colocó detrás de mí y me pegó a su cuerpo haciendo que saltaran todos los nervios- y lo cumplo a la perfección.

Con la cara roja como un tomate me despegué de él y agarré al brazo de Danny.

-Todos ya sabemos de lo que somos capaces, así que demos la vuelta- dije decidida.

Eso logró que André soltara una carcajada y me mirara fijamente, como si confiara en seducirme tan solo con la mirada. Y madre mía, estaba claro que podría.

-Quiero ir a la plaza- declaró convencido- tengo una parte aventurera también. Aunque no tiene nada que ver con que sea francés- nos guiñó un ojo y comenzó a caminar.

Danny y yo intercambiamos miradas.

-Hasta mí me está poniendo caliente- se rió mi amiga- no seas idiota y aprovecha el bug.

Le di un golpe en el brazo.

-Deja de ser tan estúpida, no voy a lanzarme hacia él por un par de coqueteos que le dedica a todas las chicas- negué con la cabeza- tiene toda la pinta de ser otro Dylan.

Danny gruñó ante la mención de ese nombre.

-¡Nadie puede llegar al nivel de ese imbécil!- gritó molesta- además André puede ligar con todo el que quiera, pero no veo que toque a ninguna que no seas tú.

Y sin esperar a que le respondiera apretó el paso para caminar junto a André, dejándome a mí detrás.

Tenía dos opciones: Darme la vuelta e irme por donde habíamos venido, quedándome sola o podría irme junto a ellos a lo que tenía pinta que sería un auténtico desastre.

A pesar de que me sentía con ganas de dibujar e huir del problema, decidí una vez más apuntarme a las locuras de mi mejor amiga. Tendría que ser la cabeza fría para que ese par no se metiera en líos, porque estaba claro que lo harían.

-¿No podemos quedarnos apartados y mirar lo que ocurre desde una esquina?- sugerí cuando por fin los alcancé.

Ellos me lanzaron una mirada de disgusto.

-Vamos Jo- se mofó André pasándome un brazo por encima de lo hombros- ¿dónde está tu espíritu aventurero?

-Yo nací sin eso- bufé.

Electricidad y magnetismoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora