Electricidad y magnetismo

Capítulo 12: Biblioteca

Capítulo 12: Biblioteca

Danny y yo almorzamos juntas en la habitación y rememoramos nuestros primeros años en Élite, estuvimos gran parte del día riendo juntas como en antaño.

Y me alegró.

Echaba de menos esto. Después de mi cambio pensé que las personas me dejarían de tratar como siempre, algo de lo que me alegré, pero estaba un poco preocupada por si llegaba a pasar eso con Danny. Después de todo nuestra relación siempre se basó en que yo era una chica que necesitaba protección y ella tenía mala leche para dar y regalar a quienes se metían conmigo.

Estaba realmente aliviada de ver que estábamos como siempre. Para ella seguía siendo la misma Jo.

Había quedado por la tarde con los chicos en la biblioteca para hacer el trabajo de literatura, pero me daba cosa dejar a Danny sola después de su momento de debilidad. Sin embargo, cuando se lo comenté ella rodó los ojos y me llamó idiota.

Por eso mismo estaba mirándome en el espejo inquieta.

El uniforme era obligatorio durante nuestra estadía en Élite, así que no podía vestirme a consciencia y eso me aliviaba. Una cosa menos de la que preocuparse. Mi problema era mi pelo, ahora que estaba por encima de mis hombros lo llevaba suelto y no me molestaba en peinarlo pero ahora estaba dudando.

¿Debería cepillarlo?

¿Quería causar una buena impresión?

La cuestión era para quién. Luke me gustaba desde hacía mucho tiempo, pero no creo que fuera a cambiar algo porque me peinara dignamente después de todo me había visto antes del cambio. ¿André? No lo sé, el francés no parecía llamarle especialmente la atención el pelo de las chicas, se fijaba en otras cosas.

Era la primera vez que pensaba en André de esa forma, puede que pensar que quería pedirme salir hubiera hecho que mi mente empezara a imaginar un escenario donde salíamos.

¿Sería un buen novio? ¿Y yo una buena novia?

Solo Dios sabía que era una auténtica despistada, andaba siempre en mi propio mundo olvidándome del real.

Danny suspiró a mi lado.

-¿En serio Jo? Pensé que lo habíamos hablado.

Rodé los ojos.

-Voy a ir. Lo que pasa es que no sé si voy bien.

-Es la primera vez que te oigo preocuparte por tu aspecto- se inclinó hacia mí- antes no te importaba ir con zapatillas de dormir a clase.

Me sonrojé.

-¡Eso fue una vez! Y porque estaba muy dormida.

-Lo que sea- le quitó importancia- entiendes mi punto.

Claro que lo hacía. Supongo que el hecho de saber que no le atraía a nadie me condicionaba en esa etapa anterior, pensaba que era un caso sin remedio e iba a mi bola. Ahora que varios chicos y chicas se habían interesado en mí me sentía como más responsable de mi aspecto, como si tuviera que cuidarlo más para cumplir las expectativas.

Lo sé, era una soberana tontería.

Pero así somos los adolescentes supongo, nos preocupamos por tonterías.

A veces pensaba que sería mucho más feliz con mi antiguo aspecto, sin preocuparme por lo que los demás piensen de mí. Sin embargo, mi yo más confiado está mejor de esta manera por fin puedo sentirme a gusto conmigo misma.

Mi cabeza da vueltas por el rumbo de mis pensamientos.

-Si es cierto lo que dices... a André le intereso- me encogí de hombros- puede que quiera verme bonita.