Estábamos decididos en confiar en Renesmee.
Nuestra hija era lo único que importaba en todo ese embrollo macabro que alguien estaba creando. Moviendo hilos para arrastrarnos dentro de ese tablero indescifrable. Generaba tensión no saber quien era el o los que estaban detrás de todo. Estresaba en desmedida la falta de conocimiento, asustaba. Cada paso dado por nosotros podía convertirse en el último si no tomábamos las precauciones necesarias, y eso, desde luego, atemorizaba de un modo que antes no había sentido.
Siempre, a lo largo de toda mi inmortalidad, había evitado sentir miedo, éste no se había materializado del todo concreto en mi cuerpo, pues en realidad creo que nunca valoré la vida, o mejor dicho, esta vida... No temía perderla, porque en cierta forma, hasta la menospreciaba, siempre en conflicto con ella, jamás viendo el lado positivo, si es que tiene alguno, cosa que pongo en duda, por lo menos cuando no tienes con quien compartirla.
El cambio se produjo cuando Bella apareció, de repente todo adquiría un sentido que hasta entonces jamás le había encontrado. Por eso, ahora el miedo atacaba con fiereza, porque en esos momentos sí tenía algo que temer, temía por mi Bella, temía por mi Renesmee...
Los regalos más hermosos que los cielos me habían entregado, los más sublimes.
Mi esposa y mi hija.
Culpar a los Vulturis era lo más lógico, claro. Eran los únicos que podrían plantarnos cara, porque los Cullen éramos una especie de leyenda urbana entre los vampiros. Iba a ser difícil encontrar a otro culpable, igual de temible o avasallador como ellos. Eran las sombras que podrían oscurecer nuestros días, donde la felicidad brillaba como el sol tropical un día de verano. Ellos sabían eso.
Y nosotros sabíamos que éramos el único aquelarre que podía desestabilizar sus tres mil años de poderío soberbio y dictatorial. Contábamos con los amigos, con los aliados, y con los dones. Tal vez, si fuéramos otra clase de vampiros, unos a los que el poder les atraiga, ese supuesto se podría dar con más facilidad, pero no nos interesaba. Formar parte de ello no nos llamaba la atención, a ninguno de nosotros...
¿Cómo pueden personas que no desean ser vampiros ser la casta gobernante?
Era ilógico, desde luego.
Aunque tal vez el mundo de los inmortales estaba listo para que nadie lo gobernara.
No. Eso también era ilógico. Problemas como las guerras del sur y la creación de niños inmortales aparecerían de nuevo en un abrir y cerrar de ojos. Se necesitaba una familia que predominara entre las otras, una realeza, por decirlo de alguna forma. Pero los Vulturis estaban abusando de su poder, hacía años que venían haciéndolo, y nadie parecía dispuesto a frenarlos.
Nosotros no lo haríamos, esa no era nuestra tarea, a menos que nos amenazaran. De ser así, nos defenderíamos. Pero llegado el caso de que pierdan su poder, tampoco estábamos dispuestos a reemplazarlos.
El anonimato de nuestro atacante era una cuestión que no debía pasar inadvertida, porque no importaba lo mucho que estuviéramos preparados, sino sabíamos a que nos enfrentábamos. Era lo mismo que no supiéramos nada, porque el factor sorpresa siempre es fundamental.
Jacob tenía razón, era el mismo patrón que Victoria había utilizado, solo que ahora Renesmee implicaba una complicación más. El punto ciego que generaba en las visiones de Alice, conllevaba a que la sincronización debía ser incluso más exacta...
¿O era todo mera coincidencia? Sólo un descuido de nuestro enemigo. Un error que le había costado que mi hermana viera sus decisiones. No era probable que eso pasara. ¿Por qué había ido a Forks y luego se dirigió hacía Juneau? Eso solo podía ser una maniobra, algo que nos atrajera corriendo hacia nuestra hija. Era obvio que nos sumergiríamos de lleno en ello, que no pensaríamos en nada que no sea ella, Renesmee.
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Ocaso Boreal - Continuación de Crepusculo
VampireSola, como estaba en ese lugar, no me hubiera costado para nada volver corriendo a Forks, como la niña tonta que en realidad era. Los días eran difíciles, las noches solitarias. Y era poco lo bueno que podía sacar de esa experiencia en general. Aunq...