Capítulo 20

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Julieta Bassett

Shannon estaba llorando desconsoladamente en brazos de Liam, mientras yo estaba parada allí sin saber que hacer.

—Shannon... ¿Cuándo saliste del hospital siquiátrico? —Acarició suavemente su rostro —¿Le has avisado a tu hermano?

¿Hospital siquiátrico? Oh, por Dios...

—No... osea sí —Sorbeteó con la nariz —Me dijo que estaba en un tipo de reunión y que mandaría a alguien por mí, pero quise dar una vuelta y el estúpido chofer se ha ido.

Liam se separó de ella cuidadosamente, como si se tratara de una mujer de cristal.

—Escucha Shannon, te llevaré a casa de Max... Pero primero tengo que pasar a dejar a Julieta ¿entiendes?

—Por supuesto que entiendo Liam, no soy estúpida —Gruñó dejando atrás drásticamente las lágrimas.

Avanzó hacia el automóvil con la cabeza en alto y se subió sin más al asiento del copiloto.

—Julie... —Llamó mi atención el hombre que estaba a mi lado, ya que me quedé viendo como tonta la extraña actitud de Shannon —Prometo explicarte... explicarte todo esto —Pausó —Ella... no está bien.

Su rostro apenado me causó ternura.

—Está bien Liam... No te preocupes. —Le sonreí.

—Ok, gracias —Sonrió de vuelta —Entonces vamos a casa.

Abrió la puerta trasera y entré.

Shannon me miró de manera extraña por el espejo retrovisor, mientras se echaba brillo labial.

Un escalofrío recorrió mi espina dorsal. Desvié mi mirada hacia la ventana deseando estar en casa lo más rápido posible. 

El trayecto fue realmente incómodo. Shannon mantenía su mirada fija en Liam mientras este conducía.

¿No le dará tortícolis?

Cuando llegamos a mi destino, bajé del auto despidiéndome de Shannon con un frio adiós, sin recibir respuesta de ella.

Liam bajó conmigo luego de decirle que se mantuviera dentro del auto. Caminamos unos cuantos pasos. Tomó mi mano entrelazando sus dedos con los míos.

Saludamos al recepcionista y nos dirigimos al ascensor. Mientras subíamos ninguno de los 2 sacó palabra alguna, no era para nada incómodo... creo que en ese momento las palabras sobraban

Cuando bajamos del ascensor me acompañó hasta la puerta. Mis nervios comenzaron a hacerse presente.

¿Qué pasaría si el profesor Alexander lo viera en su edificio?

De seguro quemaría todo y mandaría a hacer uno nuevo.

—Julie disculpa por... esa incómoda situación. —Se excusó —La verdad es muy complicado de explicar.

Pasó su mano izquierda por su cabello. Realmente parecía muy abrumado.

—No te preocupes, Liam —Sonreí levemente —Todo ha estado muy bien.

Su rostro pareció relajarse inmediatamente después de escuchar mis palabras.

—Gracias por comprenderlo... —Su mano se posó en mi mejilla acariciándola con su dedo pulgar —Quiero que todo entre nosotros dos sea perfecto Julieta. Por que tú te mereces lo mejor del mundo.

Su mirada se enfocó en mis labios mientras se acercaba de a poco, como si temiera que en cualquier momento me alejara...

Oh, por Dios, iba a besar a otro hombre en menos de 24 horas.

El Fuego De Tu MiradaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora