Capítulo 21

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Liam Miller

Conducía a través de la avenida principal a unos 90 kilómetros por hora... No quería ser el culpable de matar a Shannon si es que se nos cruzaba algún animal o algo por el estilo.

Sentía su mirada sobre mí, pero sabía que, si le daba algún indicio de querer hablar con ella, me preguntaría por él.

—¿Es tu novia?

Su voz sonó tan calmada en comparación a la última vez que la vi... la miré por un segundo y luego volví mi vista al frente de la carretera.

Su hermoso cabello caía libre sobre sus hombros, esos labios que tanto añoré brillaban como nunca y sus ojos oscuros, me hacían recordar lo que era tenerla debajo de mí llena de deseo.

—No, es una amiga.

Julieta... Jamás pensé en volver a verla después de tantos años. Me costó tanto poder olvidar la muerte de Daniel y la existencia de la hermosa niña que quise cuando tenía 13 años, que cuando la vi de nuevo, fue como si todo volviera a ser como antes... un antes lleno de risas, de amor y de sueños.

—¿Por qué me mientes?

Dejó de observarme y posó su mirada hacia su lado izquierdo, mirando el exterior.

—¿Crees que no podría soportar la verdad?

Shannon Kurts, tan hermosa pero tan frágil a la vez... Desde que Alexander se enteró de nuestro engaño y desde que casi me mata a golpes, específicamente, a Shannon le diagnosticaron trastorno de personalidad dependiente.

Los médicos dijeron que era un trastorno poco común, que podía pasar desapercibido muchos años, pero que siempre estuvo ahí... El evento traumático que ocasionó la ruptura de su matrimonio hizo que esa parte de su mente se activara totalmente y comenzara a tener diversos síntomas de dependencia emocional.

Pasamos 2 años juntos, sin embargo, ya no era la misma Shannon de siempre... Ella necesitaba a alguien que la cuidara 24/7, no podía estar sola por más de 30 minutos, no tomaba decisiones sin consultarme... Cuando comencé a ver que algo pasaba con ella, llamé a su hermano y amigo mío, Max. La obligamos a ir a ver un psicólogo, el cual la derivo a un siquiatra, y este último lo único que hizo fue recetarle miles de medicamentos que la dejaban aún peor.

La llevamos a Suiza, en donde nos dieron el diagnóstico final de su enfermedad... Nos recomendaron internarla en un lugar apropiado, hasta que pudiera desarrollar habilidades mínimas de autodependencia.

Esa es una de las razones por la cual no pudimos seguir con nuestro amorío... para poder ayudarla, necesitaba estar lejos de mí.

— No es eso, Shannon —Maldije internamente por haberla encontrado en el momento menos apropiado —Es la verdad... Julieta y yo sólo somos buenos amigos.

—Está bien —Musitó — Si no quieres hablarme de ello, no te obligaré.

¡Vaya! Eso fue... excelente.

—El próximo fin de semana será el aniversario de la empresa —Continuó —¿Ya tienes con quién ir?

Su mirada se posó nuevamente en mí... Odiaba saber lo que venía después de esa pregunta. Quería pedirle a Julie que me acompañara, pero... pero con todo esto se me fue completamente de la cabeza.

Maldición.

—No... todavía no.

Por favor que no lo diga... por favor que no lo diga.

—Tengo que volver al internado el domingo de la próxima semana... Y como es de costumbre, no tengo nada que hacer en estos días. Si no encuentras a alguien que te acompañe, yo puedo ir contigo gustosa. —Sonrió de medio lado.

El Fuego De Tu MiradaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora