Jin• stay

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Otra vez ocurría, nuevamente mi Novio me había dejado esperando con una cena que tardo más en prepararse que en enfriarse, me dejó vestida y esperando por el. Suspiré mirando las manecillas del reloj que marcaban las diez de la noche.
Me levante de la mesa rendida de tantos rechazos y desprecios por parte de quien menos lo pensé, no creía que nuestra relación se vería así de afectado a poco menos de dos años de haber dado en gran paso de vivir juntos, jurando que aquello iba a unirnos aún más ...vaya decepción.

No entendía como es que Yoongi había cambiado de parecer, había cambiado las conversaciones largas sobre cualquier cosa a contestaciones de dos sílabas. Supongo que fue culpa de ambos, jurábamos amarnos con cada poro de nuestra piel, nos metimos a nosotros mismos.

Estaba sentada en el sofá pensando en que vendría después de una noche más dejándome sola. Quería llorar, por supuesto que quería, pero no iba a hacerlo, no por un hombre que me negaba a la cara el acostarse con otro mujer, que negaba haberme dejado de amar aunque su ropa tuviera otra fragancia que no me pertenecía y manchas le labial que yo nunca usaba.

Quería creerme el cuento de que Yoongi se quedaba en el trabajo hasta altas horas de la noche, es difícil terminar algo que pensante apenas había comenzado.

Después de limpiar todo y borrar cualquier rastro de mi reciente decepción decidí que sería bueno ir a descansar un poco.

A la mañana siguiente, lo primero que vi al levantarme fue un mensaje de Yoongi  haciéndome saber que tuvo que salir muy temprano y tal vez no regrese a casa, usó de motivo el ir a ver a su madre unos días para estar con ella antes y durante su cumpleaños.

A estas alturas ya no sabía si creerle.

Las horas en mi trabajo pasaron de manera rápida y ocupada, ayudándome a mantener mi mente ocupada y no pensar en lo molesta que me sentía con el hombre que dijo amarme hasta hace unas semanas.

Lo único que logro arruinar mi buen ánimo fue la llamada que me hizo Yoongi cuando estaba en mi descanso, no termino bien, discutimos un poco debido a su repentino viaje.

Cuando finalmente dieron las cinco me deshice de mi uniforme de enfermera colocándolo con cuidado en mi bolsa, me deshice de los guantes y salí de aquel pequeño vestidor para dirigirme al ascensor esperando a que llegara y poder volver a casa pronto.

—hola, al parecer seremos compañeros de elevador —miré a mi derecha encontrándome con Kim Seokjin, traté de no quedarme observándolo por mucho tiempo, pero era algo difícil ya que cuando sonreía y sus labios se estiraban aún se podía apreciar lo esponjosos que eran.

—Al parecer así será —afirmé sonriendo en respuesta y dirigiendo la mirada nuevamente a las puertas del elevador

Pocas veces había hablado con Jin, no estábamos en el mismo piso por lo cual no era muy común encontrarnos. El es uno de los tres pediatras qué hay en la clínica y también es el único hombre en esta área.

Cuando comenzó a trabajar aquí hace un año, no tenía muchas citas en su agenda debido a que las madres todavía no se sentían muy en confianza  con alguien desconocido, pero todo eso cambió conforme pasaba el tiempo y simpatizaba con sus pequeños pacientes quienes salían felices con una paleta de fresa de su consulta  y siendo honesta es muy bueno en su trabajo, o al menos eso decían las madres de los pacientes siempre resaltaban lo bueno que era  aligerar el ambiente con sus bromas y buena educación.

—no le he visto en estas últimas semanas, supongo que ha tenido mucho trabajo —señalé cuando las puertas metálicas finalmente se abrieron permitiéndonos entrar a la espaciosa cabina

—Por favor no me hables tan formal, tengo entendido que solo eres un año menor que yo —sonrió presionando el botón de recepción—y he tenido muchas citas últimamente por lo que me he  quedado más horas, te saludé esta mañana en los
pasillos pero supongo que no me escuchaste

𝖧𝗈𝗍 𝖲𝗁𝗈𝗍'𝗌 | 𝖡𝖳𝖲 | Donde viven las historias. Descúbrelo ahora