Dos semanas después.
Las clases de esgrima podían ser interesantes dependiendo del punto desde donde las vieras. El uniforme totalmente blanco y ceñido al cuerpo, un casco protector y una espada que a simple vista tenía un filo que no era precisamente de imitación, y que eso debía clavarse en una parte de tu cuerpo para dejarte tumbado en el suelo, derrotado...
Algunos ya se habían especializado en el manejo de las armas, otros en los movimientos y los que se quedaban más atrás simplemente observaban, esperando su turno para hacer efectivamente el ridículo.
─Cuántas veces debo decirte que apuntes a zonas estratégicas y no a lo loco, Katsuki?!─el coordinador, mejor conocido como Hawks, sermoneaba una vez más al peor alumno que hasta el momento le pudieron asignar; éste a su vez le miraba desdeñoso y cabreado.
─No hago nada fuera de lugar! es culpa de esos idiotas por no ser capaces de acoplarse a mis movimientos!─se defendía éste, señalando con la espada a sus ya vencidos y algo consternados contrincantes.
Hawks suspiró, indicándole que se fuera a sentar y que esperara a su próximo turno. Luego se acercó a Tamaki, sonriéndole con un deje de orgullo por dos sencillas razones: uno, había sido su estudiante modelo en un pasado, sin defraudarlo hasta ese acontecimiento; y dos, por el simple hecho de estar nuevamente allí, poniendo en práctica algo que en antaño se le daba con pulcra naturalidad.
─Espero que Amajiki te haya explicado un poco sobre cómo es la dinámica de esto─ahora se dirigió a Mirio, contemplándole con un deje de duda─. Te recuerdo que los ataques no son del todo reales e intencionados, solo son enfrentamientos para canalizar tu concentración y motivarte a ganar en lo que sea que te propongas.
─Entiendo... ─respondió Togata a medias, notando esa mirada que tan familiar se le estaba haciendo. Optó por restarle importancia y enfocar su vista en Tamaki, quien ya se había colocado en el centro del lugar, esperando a su próximo adversario.
El choque de espadas causó un eco que llamó la atención de todos los presentes, aunque Mirio se percató de algo extraño en las miradas de los estudiantes más cercanos. Amajiki se movía perfectamente bien al compás del otro, evitando los ataques de manera limpia y respetando por sobre todo a quien le estaba enfrentando.
La gran diferencia? le estaba deslumbrando únicamente a él, ya que el resto profesaba otra cosa muy distinta al verle, como si se compadecieran de uno de los dos; en ese momento, una sensación desagradable se instaló en su pecho.
Lo peor fue cuando Tamaki ni se inmutó al quitarse el casco protector, dando directo con la mirada de las demás personas a su alrededor. Hawks parecía pasarlo por alto, felicitándolo por su desempeño.
─Suerte─le dijo Amajiki al pasar por su lado, dándole unas inusuales palmadas en el hombro derecho. Eso le hizo sentirse realmente bien.
Las risas no faltaron al dar en más de una ocasión con el suelo, asumiendo en silencio lo desincronizado que estaba con la espada y los movimientos. Mirio intentó unas veces más, hasta que un silbato resonó por todo el lugar, poniendo fin a ese desastroso enfrentamiento.
─No lo hiciste tan mal, ya verás que irás aprendiendo─le dio Hawks unas palabras de aliento, aunque Togata no estaba tan seguro de sentirse mejor con eso─. Bien! último enfrentamiento!
»Tamaki, Bakugou, pasen al centro!
Ambos acataron al llamado, poniéndose otra vez los cascos y colocándose en posición de ataque. No fue sino hasta que escucharon la señal de "empiecen" que los movimientos dieron inicio, tanto en defensa como en ofensiva.
ESTÁS LEYENDO
Redeemer | MiriTama
FanfictionHay experiencias que nunca se olvidan en la vida, y Mirio lo comprobará por sí mismo en su arribo a Ámsterdam. «Me di cuenta demasiado tarde de lo mucho que él había logrado entrar en mi corazón. Ahora no quiero, ni creo poder, deshacerme de su recu...