Tamaki tocó la puerta un par de veces, llamando luego de unos segundos la atención del coordinador en la sala de maestros.
Hawks mentiría si dijera que no le sorprendió que su alumno estrella en esgrima quisiera hablar precisamente con él, notando su aflicción sin mucha dificultad.
─Que sepas que ya estoy al tanto de tu pelea con Katsuki─le informó Keigo, mas sin enfado en su voz─. Conseguí que se lo dejaran pasar a ambos, y que estaban sinceramente arrepentidos por su infantil comportamiento.
─Te lo agradezco─murmuró Tamaki, bajando la mirada. Sabía que tenía la suficiente confianza con aquel hombre desde hace ya tiempo, por lo que prefirió ahorrarse las formalidades.
─Entonces?─Hawks se sentó en su silla giratoria, poniéndose totalmente cómodo─. Te escucho.
Tamaki suspiró, reunió todo el coraje posible y comenzó a hablar. Trataba de verse seguro, con la convicción denotándose en cada una de sus palabras, escogiéndolas bien para no tirar por la borda la decisión que había tomado. Se percató de que la expresión en Hawks cambiaba cuando iba a llegar a la parte final del asunto, mas eso no le detuvo.
─Si me pudiste salvar de una sanción, sé que podrás con esto, Hawks, por favor.
Keigo se llevó una mano a la barbilla, pensándolo detenidamente. «Se ve muy determinado a seguir adelante con esto» se dijo con suma extrañeza.
─Por qué ese afán de aferrarse a algo que ya no existe, Tamaki?─le interrogó Hawks, alzando una ceja en el acto─. Por qué ahora, además?
─Porque es todo lo que me queda, y nunca voy a dejarlo ir─le respondió Amajiki sin dudar, empuñando ambas manos a sus costados.
─Y qué hay de Mirio? ya llevan una considerable cantidad de tiempo conviviendo juntos, por lo que pensé que todo iba bien─se aventuró Hawks a indagar, percatándose de que el otro se tensaba en su sitio─. O es que acaso tuvieron una discusión y esa es tu verdadera excusa para querer regresar?
Tamaki percibió un tic en su ojo derecho.
─No estoy para bromas, Hawks─le reprochó al final, cruzándose de brazos─. Voy a contar con tu ayuda o no?
Keigo no respondió de inmediato, sino que recuperó la seriedad y se dio el lujo de meditarlo por unos cuantos minutos más. Lo único que podía escucharse durante ese prolongado silencio era el bullicio del exterior.
─Sé que no seré el primero ni el último en decírtelo, pero no tienes remedio─Hawks se levantó, quedando a unos pocos pasos del azabache─. Así que bien, dame unos días y veré qué puedo hacer.
La mirada de Amajiki se iluminó, asintiendo y dándole infinitas gracias a Hawks, quien sin mucha ilusión le vio salir de la sala de maestros poco después. Por supuesto, las dudas le cayeron como balde de agua fría tras escuchar su petición, y bien pudo haberse negado, sin embargo él también estaba al tanto de su condición.
Tendría que hacer magia para hacer que esa habitación volviera a estar disponible otra vez.
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Redeemer | MiriTama
FanfictionHay experiencias que nunca se olvidan en la vida, y Mirio lo comprobará por sí mismo en su arribo a Ámsterdam. «Me di cuenta demasiado tarde de lo mucho que él había logrado entrar en mi corazón. Ahora no quiero, ni creo poder, deshacerme de su recu...