Ya todos habían salido de clases, sin embargo Mirio prefirió permanecer unos minutos más dentro del salón, totalmente a solas.
Buscaba distraerse de sus dudas en aquellas hojas con contenido importante en su cuaderno, repasando lo mismo una y otra vez, hasta que no hubiera nada más primordial que eso. Y lo consiguió, mas le duró menos de lo que hubiera querido; tanteaba el lápiz sobre una hoja en particular, acabando por hacer rayones sin sentido en ésta después.
Era contradictorio. Mirio no era orgulloso, de hecho si tenía que disculparse acerca de algo, lo hacía y ya. Mas en ésta ocasión era distinto, porque no había nada sobre lo que tuviera que disculparse, pero se rehusaba a dirigirle la palabra a Amajiki, convenciéndose de que estaba en todo su derecho de enfadarse con él.
Por no ser sincero, por estarle ocultando algo importante y por no dejarse ayudar en cuanto a sus problemas se refiere. Además, sabía que le estaba mintiendo, incluso desde mucho antes de que Bakugou le soltara todos esos disparates; y si todo eso resultaba ser cierto? Tamaki seguiría guardando silencio?
Togata se mantendría firme en su promesa, pero necesitaba comprender ese misterio que rodeaba a Tamaki aún; de seguro no era lo que se imaginaba y terminaba por ser algo mucho más sencillo que eso. Quizás su compañero estaba exagerando las cosas y hacía a propósito de "ese algo" un infierno, cuando bien podría ser un asunto que tenía solución.
«No quiero continuar con esto... no quiero seguir ignorándolo» se decía siempre que podía, con una imperiosa necesidad de compartir palabras con Tamaki de nuevo, y que todo lo demás quedara en el olvido.
A momentos se sentía más que dispuesto a convivir con la incertidumbre por siempre si eso significaba no perderlo y estar lo más que pudiera a su lado.
Y después estaba ese asunto de su ex pareja y lo que ocurrió hace tres años. Si eso a Tamaki le acomplejaba y todavía seguía temiendo de que se repitiera otra vez, siempre acabarían así; y Mirio lo comprendía, él estaría igual si le pasara algo similar, pero tampoco era el fin del mundo. De seguro a esa persona con la que estuvo no le hubiera gustado que se quedara estancado con lo sucedido, y que seguir adelante era lo mejor que podía hacer.
Pero no. Tamaki estaba más que encasillado en su pasado, y no daba ninguna señal de querer salir y hacer una nueva vida.
Terminó por suspirar pesadamente, procediendo a guardar sus cosas y preparándose mentalmente para otra noche incómoda.
─Togata─pronunció una vocecita familiar, con el dueño de ésta encontrándose bajo el umbral de la puerta.
El rubio miró en su dirección, dando con la figura de Izuku a la distancia. No se le olvidó por ningún motivo que él también le había mentido, si es que aquello resultaba ser cierto; abandonó su asiento y se quedó a un lado de éste, aguardando, dándole la señal al peliverde de que estaba dispuesto a escucharle.
─Creí que ya te habías ido... ─dijo Midoriya, entrando de forma cautelosa al salón─. Ocurre algo?
─Tendría que ocurrir algo?─le preguntó Mirio de vuelta, sin afán de querer simpatizar con él en esta oportunidad.
Midoriya se extrañó en primera instancia, aunque no fue demasiado lento para captar que algo había pasado, y que ésta vez él estaba involucrado.
─No lo sé, por eso pregunto─atinó a decirle finalmente, tratando de no ponerse nervioso o inquieto.
Mirio suspiró nuevamente, sabiendo que así no llegarían a ninguna parte.
─Es cierto que Tamaki jamás abandonó los dormitorios?─decidió ser directo, escrutando con la mirada al otro─. Todo el tiempo estuvo aquí, no es así?
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Redeemer | MiriTama
Hayran KurguHay experiencias que nunca se olvidan en la vida, y Mirio lo comprobará por sí mismo en su arribo a Ámsterdam. «Me di cuenta demasiado tarde de lo mucho que él había logrado entrar en mi corazón. Ahora no quiero, ni creo poder, deshacerme de su recu...