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Tamaki sabía que los encuentros no habían terminado. Estando habituado a sentir miradas constantes a sus espaldas, le enseñó a diferenciarlas y a saber sentirse acechado por una de ellas, tanto después de clases como al comienzo de éstas. Pese a que no podía ver al responsable de ello, sabía perfectamente de quién se trataba.

Ahora mismo fingir demencia era lo mejor, consciente de que esa persona aún tenía demasiadas cosas por decirle.

Por otro lado, Tamaki decidió guardar aquella camisa en lo más recóndito de la habitación, asegurándose de que no volviera a ver la luz por un buen tiempo. Sentía que ahora tendría otras prioridades que se sobrepusieran a esos pensamientos que últimamente venía teniendo.

En la soledad que le ofrecían esas cuatro paredes, se tomó un breve momento para meditar lo del día anterior junto con la decisión que Mirio había tomado con respecto a su persona; sus latidos perdían el orden con sólo darse cuenta una vez más de que era real. Nada había sido parte de su imaginación.

Había una persona que estaba dispuesta a quererle con sus fallas y todo, sin importar qué. Cuál era el punto de ser especial, en todo caso? ahora Amajiki podía obtener una respuesta sin necesidad de palabras a esa interrogante, ya que sólo se basaba únicamente en el sentir.

Sentir que le importabas a alguien en todos los sentidos era de por sí agradable, como si simplemente todo pasara a segundo plano y solo fueras tú y esa persona. Habían otros hechos en los que Tamaki pudo haber reparado, sin embargo ahora era lo de menos.

Sabía que lucía como todo un idiota esperanzado sonriéndole a la nada, mas ya era demasiado tarde para evitarlo. Aún no iba a admitir por completo lo bien que Togata le hacía sentir, y mucho menos se lo haría saber; o bueno, puede que quizás ya lo haya deducido por su cuenta.

En fin. Mirio también parecía sentirse cómodo teniéndole a su lado, incluso se disculpó por haberle "rechazado".

Repentinamente su sonrisa fue desvaneciéndose, despacio, percatándose de que tarde o temprano Amajiki debería serle sincero en ciertos asuntos; o es que el rubio se conformaría con vivir con la incertidumbre por el resto de su vida?

Estaba seguro de que no. Y nuevamente comenzaba a temer.





 Y nuevamente comenzaba a temer

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Dos semanas después...

─Entonces, qué tal estuvieron los exámenes?─le preguntó Tamaki mientras movía sus pies por debajo del agua; aquel día no había asistido mucha gente a clases de natación.

─Bien... se podría decir─respondió Mirio dubitativo, permaneciendo sentado en las baldosas que conformaban la piscina; esta vez era él quien yacía fuera del agua─. Quiero creer que no lo arruiné.

─Yo en tu lugar pensaría positivo─opinó Tamaki, sumergiéndose unos minutos en el agua completamente; sentía la mirada del rubio desde la superficie. Por alguna razón le hizo gracia, teniendo que salir después─. Los exámenes dejan de ser difíciles cuando estás a finales de tu penúltimo año...

Redeemer | MiriTamaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora