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Debía poner sus pensamientos en orden y tranquilizarse dentro de lo posible. Si se expresaba a lo loco, terminaría asustando a Tamaki y eso era lo que menos quería. Por sobre todas las cosas, continuaba importándole de la misma forma, y ni siquiera las palabras de Bakugou podrían cambiar eso.

Todavía permanecía en un debate entre si creerle al susodicho o no, ya que una parte en su interior creía firmemente que su versión de la historia estaba mal, que Tamaki no era un asesino, que sólo se trató de una discusión manejada de forma errónea.

Además, para Mirio, sería muy insensato de su parte dar por hecho sus palabras así sin más. Pese a que ahora más que nunca necesitaba escuchar lo que Amajiki podría decir en su defensa, sabía que no sería tan fácil; le había dejado bastante claro que su pasado nunca iba a ser un tema de conversación prolongado entre los dos.

Dejó que el silencio del cuarto le consumiera por completo, dándole vía libre a sus pensamientos para que se dejaran oír dentro de su cabeza. Terminó por quedar en medio de un "pregúntale" y un "no le preguntes".

Cuando el atardecer se hacía ver poco a poco afuera, fue que la puerta de su habitación se abrió, visualizando al desaparecido entrar como si nada en ésta. No tardaron en cruzar miradas una vez que la puerta se cerró a espaldas del azabache, el cual ahora si se fijaba bien, traía una extraña expresión en el rostro.

─Midoriya te lo dijo, supongo... ─fue lo primero que Tamaki le dijo después de días de ausencia, aunque se le notara vagamente inseguro sobre algo que el rubio desconocía.

O creía desconocer.

─Sí... ─Mirio desvió la vista, enfocándola en el suelo esta vez─. Cómo sigue... ella?─consiguió reprimir la pregunta que realmente quería hacerle, limitándose a fingir demencia sin estar muy seguro del por qué.

Tamaki tragó pesado, avanzando unos pasos hasta llegar a su cama. Sentía la tensión en el ambiente, sopesando la posibilidad de que Togata estuviera enfadado o algo por el estilo.

─La salud de mamá no ha mejorado─se lamentó Tamaki, consciente de que en parte era verdad y mentira; sabía que estaba mal "usar" de pretexto la situación de su madre, pero por culpa del dolor en aquel momento no pudo pensar en algo mucho más creíble y con claridad─. Por eso me ausenté, porque no quería apartarme de ella.

─Entiendo, no tienes que darme explicaciones─Mirio le sonrió, tratando de restarle importancia. Y es que, si reparaba mejor en todo esto, debería confirmar con Izuku si su compañero estuvo realmente fuera de los dormitorios en estos últimos días.

Tamaki tampoco era tan ingenuo, percibía una inusual hostilidad proviniendo del rubio, asumiendo que algo no andaba bien.

─Lo siento─atinó a decirle, sin quitarle la mirada de encima para hacerle saber que iba en serio─. Me fui sin avisar, y quizás eso te molestó, así que...

─Tienes tus propios asuntos, Tamaki, sería muy estúpido de mi parte molestarme por eso─le interrumpió Togata de manera borde, mas poco y nada le importó─. No estás en la obligación de avisarme ni explicarme nada, por lo que ahórrate ese "lo siento".

Amajiki parpadeó sorprendido ante esa reacción, aunque no lo demostró en lo absoluto. Desde antes de llegar al cuarto que se sentía pésimo consigo mismo, y ahora con el comportamiento "raro" de su compañero, ese sentir no hizo más que empeorar.

Además, aún seguía teniendo presente las palabras de Midoriya, sin embargo perdió la oportunidad de sincerarse apenas reafirmó la mentira que el mencionado utilizó para encubrirle; tuvo que haber empezado por un "hay algo que debo decirte", mas allí estaba de nuevo, guardándoselo todo.

Redeemer | MiriTamaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora