Me zambullo de nuevo en el agua y nado hasta el fondo. Allá abajo el agua está más fría, pero lo más lindo de estar debajo del agua, es la calma y el silencio. Sientes como si el mundo solo fueras tú y el agua, el agua y tú. Emerjo y lo miro, con las mejillas sonrosadas y esa mirada tan cautivadora y especial que posee.
Sus iris de color esmeralda me analizan, sus labios se presionan en una fina y perfecta línea. Nunca habría llegado a pensar que sus labios me dejaran tan buen sabor de boca, y tampoco que él me arremetería con un beso sorpresa. Y como una adolescente, le pido al cielo y las estrellas que esto no sea un sueño que se irá como la bruma, después de darme un pellizco.
-¿Te sientes libre? -Me pregunta Nick, con una tierna sonrisa.
-Sí, Nick. Me siento como las cipselas de un diente de león, cuando son arrastradas por la brisa -contesto, nadando hacia él.
En los últimos instantes me he adaptado a la temperatura inclemente del agua. Apuesto a que Nick ya se sentía como un pez, desde que sus pies rozaron el agua.
-Zambúllete conmigo -Me propone él, pasando una de sus manos por mi brazo izquierdo. Logrando así unas dulces caricias que me enconan el vello.
-Hace segundo y medio me he sumergido.
-No importa, zambúllete conmigo -insiste con una sonrisa.
Me tapo la nariz con una mano y cierro los ojos. Nick me abraza y sé que es el instante perfecto para tomar una profunda bocanada de aire. Cuando nos hundimos se hace el silencio y solo estamos él y yo. Abro los ojos, y aunque la figura no es del todo nítida, es suficiente para quedarme como una boba, admirando su cabello ondeándose como las algas en el océano. Puede que los ojos me ardan un poco, pero logro mantenerme firme, y no los cierro con tal de seguir mirándole a él.
Sus labios rozan los míos y accedo a experimentar mi primer beso debajo del agua. En cierto momento me pongo nerviosa, pero Nick abrazándome, sosiega mi zozobra con sus caricias. Es mágica la experiencia de besar a alguien debajo del agua, se siente increíble. Pareces flotar en medio de toda la profundidad. Pareces esas cipselas del diente de león, que flotan en el aire sin rumbo fijo. Mientras nuestros labios están unidos, mi mente vaga por todo lo que hemos pasado, no ha sido tanto, pero ha sido algo que dio un giro inesperado a mi vida.
Puede que me haya vuelto a sentir libre, o esa jovencita de la universidad que se iba de fiesta con sus amigos y bebía hasta no poder saber el sentido de sus pasos.
Todo es muy lindo debajo del agua, sí. El silencio y la gran seguridad que me ofrece Nick, pero todo esto se derrumba en cuanto siento que ya no queda ni pizca de oxígeno en mis pulmones. Le zarandeo del hombro, para avisarle de que ya debemos emerger, y lentamente brotamos del agua, como un botón de rosa abriéndose y dando al descubierto una hermosa flor.
-¡Dime que me quieres! -Me susurra Nick, mientras me rodea con sus fuertes brazos.
-Yo... -titubeo, divagando en mis pensamientos.
-¡Dilo! -Me exige, pero sus ojos me comunican otra cosa. Me comunican la necesidad que mi príncipe tiene de escuchar cuanto lo amo.
-Te quiero, Nick. Te quiero más que a nada -respondo y lo beso en la mejilla.
Mis palabras sinceras y delicadas, avivan la llamarada que lo recorre en su interior y abalanzamos nuestros labios hacia una nueva película de acción en la que él me muerde con tanta fuerza el labio inferior, que casi grito. He sentido como si una espina atravesara mi labio, ha sido fatal y la sangre brotando de la pequeña herida de sus dientes, no ha tardado en llegar.
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Volver a intentarlo © [CORRECCIÓN]
RomanceAnna Carson todavía tenía el corazón roto por la muerte de sus padres, nada podía ir peor. ¿O sí? Todo puede ir peor, siempre que aparezca algo más en el camino. El primer obstáculo en su vida es el odioso, arrogante y frívola hombre de mirada impon...