Narrado por Anna
Parpadeo cuando la luz se refleja en mi rostro, y siento el calor familiar de unos brazos rodeándome. Cuando abro los ojos y miro hacia mi derecha, me encuentro a Nick dormido. El vodka no me ha tratado muy bien, pero sí recuerdo que ayer los dos nos besamos, nos tocamos, y terminamos...
Mierda.
Cuando intento separarme de él, se me hace casi imposible. Estoy atrapada entre sus piernas, y un brazo que envuelve la mitad de mi torso. Su olor viril envuelve mis sentidos, y por un instante solo deseo dormirme nuevamente, para continuar unida a su fornido y sosegado cuerpo. Pero, por otro lado, un temor inexplicable me engulle desde el interior. Me logro soltar de su amarre, y me levanto para ir al baño. Me ducho, cepillo los dientes y visto para ir al trabajo, y cuando me dirijo nuevamente hacia la habitación, sigue dormido como un pequeño bebé.
¿Hace cuánto no dormía junto a él, sintiendo el latir de su corazón junto a mi oído?
De alguna forma he de despertarle. No se puede quedar en casa, mientras yo me voy por un poco más de ocho horas, a trabajar a una empresa que queda a más de ocho kilómetros de distancia. Jolie debe de llegar hoy a casa, y lo que menos quiere ver tirado en mi habitación, es a Nicholas. Sabe muy bien todo el daño que me ha causado, y está muy disgustada con él.
-Ni-Nicholas... -le susurro mientras le sacudo el hombro con la mano. Él solo se queja en sueños, pero sigue dormido, profundamente dormido-. Nick, vamos, despierta ya -digo elevando el tono de voz, y sus ojos se abren lo suficiente como para verme. Una pequeña sonrisa mañanera se dibuja en su cara.
-¿Qué hora es, princesa? -me pregunta, y el apelativo que utiliza para dirigirse hacia mí, hace que mi corazón se rasgue en pequeños trozos de papel, los cuales luego se hacen cenizas.
-Las ocho pasadas -respondo ocultándome el flequillo detrás de la oreja-. Tienes que irte, debo de ir a trabajar.
Abre los ojos plenamente y se estira. Luego me mira, analizando lo que he dicho anteriormente. Su cabello está alborotado, y sus ojos lucen más verdes que nunca. Quizás solo sea otro producto de mi obsesión con él.
-¿Ya conseguiste empleo? -inquiere. Su voz suena ronca, como siempre cuando acaba de despertar, pero también parece sorprendido al saber que he podido salir adelante, sin ser su secretaria.
-Sí. Y tú no serás la causa de mi despido -digo un poco hastiada por el tiempo que estoy malgastando, cuando ya debería de estar subiéndome al auto, para ir a Delmont Enterprise.
Se levanta y toma sus vaqueros del suelo, luego se los pone, mientras que yo aprovecho para darle una última ojeada a su cuerpo semidesnudo, antes de que se largue. Cuando le estoy devorando el torso con los ojos, repaso en un pequeño tatuaje en su pecho que nunca le había visto antes, incluso ayer, no me había dado cuenta.
-¿Qué te has tatuado en el pecho? -le pregunto curiosa, mientras intento leer la frase grabada en letras cursivas con lindos decorados, en su pecho.
Sus ojos se dirigen desde su zona tatuada hacia mía, varias veces. Está evidentemente nervioso. No sé por qué sonrío, pero me permito hacerlo. Estoy sintiendo que nunca le olvide, no lo haré, ni podría hacerlo, ni en mis pensamientos siquiera. Estoy atada a su figura y su voz, sus latidos y la manera en que me mira. No es el mejor hombre para mí, pero siento que es el único. Aunque decido reservarme mis pensamientos para mi sola, en vez de decirle que todavía lo amo. Bueno, eso ya lo sabe. Ayer en la noche se lo demostré de la manera más atrevida que pude.
-Es solo una frase sin importancia -dice encogiéndose de hombros, y detecto la falsedad de sus palabras, en sus gesticulaciones. No me quiere hablar acerca de su misterioso tatuaje por alguna razón.
-No te tatuarías algo si no fuera de gran significado. ¿Me equivoco? -Me cruzo de brazos, y enarco una ceja.
-La verdad es que no -Se revuelve el cabello de la nuca con las manos, y termina pidiéndome que me le acerque, con un gesto. Sonrío porque siempre me salgo con la mía, por lo menos en este tipo de situaciones.
Me le aproximo un poco nerviosa-Sin apartar la mirada de las letras grabadas en su pecho-, y él me detiene tomando mi barbilla entre sus dedos fríos.
-¿Recuerdas Orgullo y Prejuicio, de tu escritora favorita? -me pregunta, y siento que mi alma se ilumina por un instante. Asiento, claramente contentada. No tengo como olvidarme de Elizabeth Bennett y Darcy Fitzwilliam. De aquello que comenzó cargado de rivalidad, inmodestia, egoísmo y prejuicio, y concluyó fundándose en un lazo, incluso más fuerte que el propio destino: El amor-. Bien sé que te gusta mucho esa obra, y también que a veces llegábamos a compararnos con Darcy y Elizabeth -Coloca mi mano sobre su pecho tatuado, y me hace apartarla lentamente, mientras la pequeña frase se desvela a su paso.
ʺMis afectos y deseos no han cambiado, pero una palabra suya me silenciará para siempreʺ.
Cuando la leo y releo para asegurarme, comienzo a llorar. No me esperaba nada de esto. No esperaba que pensara siquiera en que amo las obras de Jane Austen, en que esa es mi frase favorita, y tampoco en que veo en nosotros algo de Elizabeth y Darcy.
-Esto es demasiado -le digo en un hilo de voz, mientras lo abrazo y siento su olor. Ese aroma que nunca escapará de mis pulmones, tal y como su alma nunca se desligará de la mía-. ¿Cuándo te lo tatuaste? Nunca lo percibí -inquiero mirándole a los ojos. Los tiene vidriosos, y ahora estoy totalmente segura de que sus iris son más verdes de lo normal.
-Hace un tiempo. Mucho antes de decidir que era mejor afrontar las cosas, a estar muriéndonos por dentro, sin saber que cavilábamos los dos con respecto a lo que nos ocurría -reconoce y me besa en la cabeza.
Me aferro un poco más a él, y siento que la seguridad me retorna al alma, como hace tiempo no lo hacía. Y sé que vuelvo constantemente, una y otra vez. Aún tengo la esperanza de que nuestras almas sean una sola.
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Volver a intentarlo © [CORRECCIÓN]
RomanceAnna Carson todavía tenía el corazón roto por la muerte de sus padres, nada podía ir peor. ¿O sí? Todo puede ir peor, siempre que aparezca algo más en el camino. El primer obstáculo en su vida es el odioso, arrogante y frívola hombre de mirada impon...