La carretera se hace un hilo cuando Nicholas pisa el acelerador bruscamente, buscando una salida para esta persecución. El auto rojo escarlata no nos lo pone muy fácil, incluso en algunas ocasiones nos choca por detrás, mandando a la mierda cualquier tipo de seguridad que nos pueda proporcionar el cinturón.
-Sabía que en algún momento determinado mandarían a alguien a seguirnos -me dice Nick mientras mira con cólera a través del retrovisor-. Esos malditos capullos no nos dejarán en paz, será difícil llegar a casa de Evans.
Me sostengo del asiento cuando Nick dobla una curva temerariamente, pasando por alto el riesgo que corren nuestras vidas. Su mirada hace que la carretera se agriete, sus nudillos están blancos por la fuerza con la que aprieta el volante, todo es terrible. Siento que peligramos, la carretera está un poco mojada y podríamos salirnos de control, y más si ese auto nos sigue chocando enérgicamente por la parte trasera.
Nick me vuelve a mirar y toma mi mano por un instante, diciéndome:
-Nunca has estado preparada para esto, lo sé. Pero quiero que seas fuerte, y si algo pasa, no dudes en mantenerte firme, solo quiero eso. No flaquees en ningún instante, princesa.
Asiento, apabullada, temerosa por todo lo que está ocurriendo a nuestro alrededor. Una ola de peligro y desasosiego se mezclan en mi pecho. Corremos peligro, nuestras vidas penden de un hilo desgastado.
El auto rojo como la sangre helada que corre por mis venas vuelve a chocarnos, esta vez con más fuerza, logrando que me vaya hacia adelante y que mi cabeza casi se estampe contra el salpicadero.
«A la mierda.», me digo en mi subconsciente.
-Nick, la carretera se termina aquí -le digo mirando enajenada hacia las señales de construcción más adelante. Con mi índice tembloroso señalo el final de nuestro camino, nuestra jodida perdición.
Él me mira desconcertado y vuelve a sostener una mirada firme cuando reacciona ante mis gestos de terror. Estoy más que cagada.
-Hay un pequeño acceso a un lado de esta carretera -me dice girando el volante con fuerza hacia la izquierda-. Pero te tendrás que aguantar un poco, es uno de los más accidentados que he visto.
El auto derrapa en la tierra y logra estabilizarse cuando entramos por un camino repleto de baches que hacen que el auto salte como un maldito balón de playa. Mi respiración se comienza a agitar cuando veo el auto pegado a nosotros, chocándonos con insistencia y más fuerza. Cuando todo parece ir un poco mejor el auto se atasca en un gran hoyo y aunque Nick pisa el acelerador desenfrenadamente, todo está perdido, estamos perdido.
-¡Joder, joder! -exclama pegándole con ira al volante, como si eso fuera el culpable de todo lo que está pasando.
Mi primera reacción es deshacerme del cinturón de seguridad y jalar de la manija del auto, y justo cuando estoy a punto de abrir la puerta para salir, una mano callosa y tatuada la detiene. Consternada dirijo la mirada hacia arriba y me encuentro con un rostro mutilado, una sonrisa amplia y dientes amarillos y chuecos. Unos ojos marrones que nunca hubiera querido presenciar en mi vida.
-Hola, nena -Eso es lo único que escucho antes de sentir un terrible golpe en la frente que hace que todo se vuelva negro y confuso.
* * *
El puño del extraño se clava nuevamente en mi rostro, pasando por mi boca y haciéndome soltar a su paso un buche de sangre. El maldito se cree que tengo la misma resistencia que un hombre, se está aprovechando de mi debilidad como mujer para hacer de las suyas.
-Dime dónde demonios tiene tu novio esos milloncitos guardados -me exige y con su mano callosa abierta completamente, vuelve a golpearme en la cara.
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Volver a intentarlo © [CORRECCIÓN]
RomanceAnna Carson todavía tenía el corazón roto por la muerte de sus padres, nada podía ir peor. ¿O sí? Todo puede ir peor, siempre que aparezca algo más en el camino. El primer obstáculo en su vida es el odioso, arrogante y frívola hombre de mirada impon...