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Jungkook se levantó más temprano que de costumbre para poder alistarse, dejar a Taehyung en el colegio y no tener que toparse con Lalisa.

Él ya estaba harto de que siempre fueran las mismas discusiones, que por más que se lo dijera, por más que le explicara las cosas, ella solo lo ignore.

Se dispuso a hacer el café como todas las mañanas, mientras Tae se bañaba y vestía, tomó su café con unos panes que preparó y luego metió la comida de su pequeño en el morral del colegio, limpió los rastros de como día que dejo al preparar los panes y cuando dejo todo limpio y en su lugar, se dirigió hacia la habitación de Taehyung, cuando entró Tae estaba colocándose los zapatos, se sentó en la cama a un lado de él.

—Papi, me vestí y me bañe rápido como me lo pediste.—dijo Tae mientras le dedicaba una hermosa sonrisa al terminar de colocarse los zapatos.

—Qué buen bebé eres.-dijo Jungkook mientras reía levemente.—ven acá.

Taehyung sonrió y se sentó en las piernas de su papi.

Jungkook empezó a besar suavemente los labios de Taehyung, y el menor correspondió el beso de inmediato rodeado el cuello de su papá con sus brazos. A Jungkook le encantaba sentir como Taehyung se desesperaba cuando sus labios empezaban a succionar los suyos, o aún más cuando metía cuidadosamente su lengua y Tae se deshacía completamente.

Jungkook estaba perdido en los dulces labios de su bebé cuando se separó un poco de su bebé para admirar su rostro, y hasta ese entonces se percató de la marca que tenía Taehyung en el cuello.

—¡Joder! Esto tiene que ser de ayer. Te dejé un chupeton en el cuello.—gruñó.

—¿U-un qué?.—preguntó el menor confundido.

—Vamos al baño de mi habitación.—dijo Jungkook ignorando la pregunta de Taehyung, llevándolo de la mano hacia el baño, el sabía que debía de haber algo con lo cual taparle aquella marca.

Cuando llegó al baño agradeció que Lalisa dejará su maquillaje allí. Tomó un poco de base e iba a empezar a regarla en el cuello de Taehyung cuando este detuvo su mano.

—N-no papi, no lo borres. Me gusta v-verlo porque me lo hiciste tú.—se quejó Taehyung.

—Ohh, bebé. ¿Por qué tienes que ser tan tierno y tan jodidamente caliente a la vez?.—le susurró Jungkook en el oído.

—¿A q-que te refieres papi? ¿Estoy caliente? No me siento así.—respondió Taehyung llevándose su mano hacia la frente comprobando que no estaba caliente.

Tu inocencia me pone aún más cachondo.-pensó Jungkook.

—No me prestes atención pequeño. Y Taehyungie, no lo borraré solo lo taparé, entiende que ni tu mamá ni nadie en el colegio puede verlo. Obedeceme, ¿sí?.—explicó Jungkook.

—Está bien.—aceptó el menor, de mala gana. Mientras un puchero aparecía en sus labios, puchero que Jungkook besó haciendo que Taehyung se sonrojara y una sonrisa penosa se instalará en su rostro.

—¿Puedo?.—preguntó Jungkook con voz amorosa, mientras acercaba la mopa con base hacia su cuello, Taehyung asintió y Jungkook tapo aquella marca con base y un poco de polvo. Cuando terminó el proceso, no se veía nada, sonrió triunfante y bajo rápidamente con Taehyung y se dirigió al auto, no sin antes pasar por la cocina buscando la mochila de su bebé.

Cuando ya iban vía al colegio, Jungkook se recordó que Tae se había molestado cuando escuchó que le dijo «amor» a Lalisa.

—Hey, bebé.—pronunció.

𝔾𝕚𝕧𝕖 𝕞𝕖 𝕖𝕧𝕖𝕣𝕪𝕥𝕙𝕚𝕟𝕘.『1』Donde viven las historias. Descúbrelo ahora