007

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Hace unas dos horas, Jungkook había llegado al despacho.

Estaba trabajando en una propuesta que debía mostrar al día siguiente, pero ya era la sexta hoja que arrugaba y amontonaba en su escritorio. Es que por más que intentará, no lograba sacarse lo último que le dijo Taehyung de la cabeza es qué, joder.

Le desquiciaba, lo frustraba, lo volvía loco, él solo imaginarse que Tae besara otros labios que no fueran los suyos, qué sus brazos envolvieran otro cuerpo, que le dijera "te amo" "te quiero" a otra persona, que otros dedos recorrieran su piel, que otros oídos escucharan sus jadeos, que otra persona ocupará el lugar que a él le correspondía.

No podía soportar que Taehyung por un mínimo segundo prefiriera a otra persona por encima de él, no. Tae era su bebé y sólo de él, nadie podría quitárselo, nadie podría arrebatarle el amor que su pequeño sentía hacia él.

Jungkook no anhelaba otra cosa más que estar con él por siempre...



Muy dentro suyo, sabía que aquella noche no debió dejar que todo eso pasará, sabía que estaba errado, que no debía de tomar la actitud que tomó esta mañana, tan celosa, explosiva, tan.... Obsesiva.

El debía de aceptar si Taehyung elegía estar con alguien más, debía de dejar que Taehyung escogiera el camino que él quisiera.

Pero es que él quería asegurarse de que nunca nada le pasará, qué su corazón permaneciera intacto, que su hermosa y cuadrada sonrisa se mantuviera en su rostro, que la alegría que se veía en sus ojos, no se fuera nunca. Que siempre fuera una persona completamente feliz y para eso él sabia que debía de mantenerlo a su lado, él no se arriesgaría a que otra persona lo lastimara, si Taehyung nunca se iba de su lado, él se aseguraría de que siempre brillara de la forma en que lo hace, a pesar de que sus intenciones no son las de un padre.

Muchas veces la poca cordura y moral que le quedaba, le decía a gritos que terminará con esto, que se aleje de Tae, que se diera cuenta que estaba cometiendo un grave error el cual podría traer muy graves consecuencias, que no besara a su hijo, que no tocará su cuerpo, que no lo mirara de la forma en que lo hacía, queriéndole quitar la ropa con la mirada.

Que no permitiera que Taehyung lo tocará, que dejara de tener sentimientos por él, que no fueran los de un padre a su hijo, que no se pusiera duro al ver el culo de su hijo, que dejara de desear el entrar en su pequeño, que dejara de disfrutar cuando Taehyung lo envolvía en su boca, que no deseara recorrer cada parte de su cuerpo con sus labios.

Pero a pesar de todo eso, Jungkook hacia caso omiso a aquellos pensamientos.

Porque aquella noche también sabía que no debía de seguir con eso, y aún así lo hizo, así que ya no importaba, y aunque quisiera alejarse de Tae, no podía.

Ya era muy tarde para echarse atrás, ya estaba completamente perdido por aquel castaño... que lo llamaba papi.



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𝔾𝕚𝕧𝕖 𝕞𝕖 𝕖𝕧𝕖𝕣𝕪𝕥𝕙𝕚𝕟𝕘.『1』Donde viven las historias. Descúbrelo ahora