𝔾𝕚𝕧𝕖 𝕞𝕖 𝕖𝕧𝕖𝕣𝕪𝕥𝕙𝕚𝕟𝕘.『1』

✿Momentos Paralelos✿ . 6

Lalisa.
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Bienvenido a Seúl.

Dejé de mirar aquél cartel y fije nuevamente mi mirada en él director de la empresa, que seguía con su discurso acerca de cómo recuperar a los clientes que nos había robado la firma enemiga.

Pasaron horas hasta que todos había expuesto sus casos, mis piernas dolían de tanto estar sentada en aquélla silla, volteé ligeramente mi cabeza y ví a Max, pareciera que se hubiese dado cuenta que fijé mi mirada en él, porque instantáneamente sus ojos se posaron en mí. Le quité la mirada, y me acomodé en la silla, alise mi falda y dejé que mi espalda descansará en la silla.

—Sin más nada que decir, la reunión ha terminado.—anunció el director, se dió la vuelta y salió de la sala de conferencias. Al instante las voces se empezaron a escuchar, todos hablaban acerca del caso. Yo me levante y caminé hasta la puerta, pero antes de salir mi jefe me habló.

—Lalisa, no se te olvide que dentro de dos horas tienes que reunirte con los Montemayor.—me recordó por milésima vez.

—Sí, señor.—

Salí de sala de conferencias y caminé por el largo pasillo, sentí que alguien venía tras de mí, así que me volteé pero no ví a nadie, todo estaba totalmente sólo y en silencio.

Seguí caminado y escuché unas pisadas, me giré nuevamente, encontrándome con Max.

—No estoy de humor.—le dije a la vez que empezaba a caminar nuevamente.

—No esperaré por siempre Lalisa.—escupió amargamente, me jaló por el brazo haciendo que quedáramos frente a frente.

—Lo sé, aún estoy pensando de que manera hacerlo, dáme un poco más de tiempo.—agarré su mano, zafando su agarre.

—Un mes Lisa, un mes.—se dió la vuelta, y a los segundos se perdió nuevamente en la sala de conferencias.

Dejé salir todo el aire que había estado acumulando.

¿Cómo la estarían pasando Jungkook y Taehyung en la playa?

Seguramente me extrañaban mucho.

Seguí caminado y por fin llegué al cafetin de la empresa, abrí la puerta y estaba vacío, tal vez todos estaban trabajando. Me apoyé en la barra donde se encontraban las comidas en sus respectivas bandejas, pero no veía a ninguna de las chicas que siempre servían la comida.

—Holaa, ¿hay alguien?.—grité suavemente.

Pero no recibí respuesta, tal vez estarían en el almacén buscando comida o algo. Caminé hasta la puerta del almacén y la abrí, no había nadie, sin embargo la radio estaba prendída.

—¡Melissa!.—grité adentrándome en él almacén.

Un ruido estruendoso me sobresaltó, me giré porque había venido de atrás de mí, y ví que había sido una caja que se había caído de la repisa. Me acerqué y la agarré para dejarla nuevamente en la repisa pero antes de que la colocará allí, noté que había una nota pegada a la caja con mi nombre.

¿Qué?

Sentí un escalofrío adueñarse de todo mi cuerpo, y juró que en el almacén el frío aumentó.

Abrí la caja con las manos temblorosas, y en el interior de la caja habían... ¿Cartas?

Un suspiró salió de mis labios.

Ví un sobre de color marrón, y fue el primero que abrí.

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