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Ya eran las 8 pm y Jimin se encontraba caminando bajo las oscuras calles de Daegu, mientras pensaba en él detalle que le había dejado Yoongi esta tarde.
Hoy se había quedado hasta la noche porque le tocaba cerrar Fresh, que era él nombre, de su lugar de trabajo.
La ciudad estaba muy tranquila, a diferencia de todos los días.
Las calles estaban prácticamente vacías, de vez en cuando pasaban algunos autos, o lograba divisar a algunas personas caminando, pero el realidad, lo único que acompañaba a Jimin era el viento frío que rosaba su cuerpo, las luces de los faroles, y el cielo estrellado que yacía esa noche..
Cualquier persona a esas horas de la noche y estando solo, sentiría un miedo constante, pero aquel pelirrojo estaba completamente tranquilo, caminaba lentamente, mientras se deleitaba con el aire frío que abundaba en aquellas calles.
Ya había pasado dos cuadras, le faltaba unas tres más para llegar a su destino, iba distraído y no se percató de que estaba pasando por una esquina donde se encontraban unos tres hombres de muy mala apariencia, hasta que ya estaba muy cerca de ellos. Dos portaban chaquetas oscuras, tapabocas y una gorra haciendole imposible verles la cara y el otro cargaba puesta una chaqueta con la capucha y una gorra.
Respiró profundo y siguió su curso, rogando que aquellos hombres no notarán su presencia, pero cuando estaba por pasar aquella esquina, una voz se escucho y un cuerpo se posó delante de él evitandole el paso.
—Hola hermoso, ¿qué haces tan solito?.—pregunto uno de aquellos hombres.
—E-ehh, voy vía a mi c-casa, con permiso.—susurró Jimin, tratando de esquivar a aquél hombre, pero imendiatamente el otro se posó en su camino evitandole nuevamente el paso.
–¿No quieres que te acompañemos?.—preguntó aquel hombre mientras le dedicaba una mirada morbosa.
—N-no g-gracias, de verdad necesito irme a-ahora.—respondió haciendo el intento de irse, pero fue lanzado con fuerza hacía la pared, al momento que era acorralado por los dos hombres.
—Me temó que llegarás tarde a casa hoy, lindo.—susurró el primer hombre con él cual había hablado, aquél hombre se encontraba muy cerca del rostro de Jimin, a la vez que le mostraba una pistola y la rosaba suavemente por su cuello.—La verdad es que te gastas un muy buen culo, y hay que aprovecharlo ¿no lo crees, Alacrán?.—le dijo al hombre que se encontraba del otro lado de Jimin.
—Claro que sí, Lyaon.—respondió el llamado "Alacrán".
—¡¡¡NOO!!! ¡¡POR FAVOR DÉJENME!!.—gritó Jimin mientras empezaba a sollozar, aquellos hombres iban a empezar a tocarlo cuando él que se había quedado desde un principio mirando la escena, interrumpió.
