Once.

549 53 11
                                    

NICASIA

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

NICASIA

En cuanto acabó con el desayuno, se perdió en la biblioteca.

No sabía cómo sentirse al respecto. Por un lado, estaba ahogándose en un océano profundo mientras que un rayo de luz le indicaba que, si continuaba nadando, llegaría pronto a la superficie.

Mucho tenía que ver Bellamy con esto. La forma en que le había dado la noticia, como si le doliera más a él que ella. Y luego había esperado algún tipo de reacción que corroborara que Nicasia tenía sentimientos. Era una lástima que no pudiera demostrarle lo que había sentido al recibir la inyección por parte de Avram.

Nunca había pensado en tener hijos, pero sabía que existía la posibilidad. Y jamás hubiera creído que le quitarían algo tan simple como el derecho a elegir. Ahora no sabría qué habría querido en cinco años más porque su destino estaba sellado.

Las cosas empeorarán, había dicho Bellamy. ¿A qué se refería?

Tomó aire, aguantándolo por tres segundos mientras se acercaba a la zona de Astronomía. Tenía cosas que hacer.

Jevon había dicho que buscara allí algo para defenderse.

Estaba de pie ante los estantes, en el fondo de la biblioteca, en el primer piso. Había cientos de libros, ¿cómo se suponía que debía empezar?

Entonces, su mirada cayó en el lomo negro con letras blancas donde se leía: Origen del Sistema Solar.

Lo tomó, abriéndolo para encontrarse con lo que Jevon le había dicho. El objeto largo y delgado se hallaba en un agujero creado en las páginas para él. Era un punzón. Sus dedos temblaron cuando rozaron con el metal cálido.

—¿Nicasia?

Saltó, cerrando el libro y colocándolo de vuelta en su lugar. Giró la cabeza, acomodándose el cabello cuando Blake se acercó hasta ella, observándola con cuidado, su mirada paseó por el estante de libros y Nicasia se interpuso entre él y Origen del Sistema Solar.

—¿Qué pasa? —cuestionó, cruzándose de brazos. Esperaba sonar en sus cabales.

Al parecer lo logró, ya que Blake se rascó la nuca.

—Me olvidé de decirte que a partir de la semana que viene trabajarás en la lavandería.

Acepta todo lo que te asignen.

Asintió; preguntándose por qué Ziv permitiría que le asignaran el trabajo en la lavandería y... ¿Cómo orquestaba esto? Dudaba que Blake trabajara para él. Sin embargo, alguien allí dentro debía hacerlo.

—Está bien —replicó cuando se prolongó un silencio.

Observó a Blake relamerse, echarle un vistazo en dirección a la puerta, la cual no podía verse desde donde estaban. Los estantes lo impedían.

Errante || Bellamy BlakeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora