Veinticuatro.

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BELLAMY

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BELLAMY

Wells lo sostuvo del brazo cuando dio un paso hacia delante, dispuesto a alejar a Vadik del cuerpo de Nicasia en el suelo. El golpe sordo recorrió el recinto, más fuerte que los gritos de Lavinia Jabez.

—No te metas, Bellamy —advirtió Wells.

Meissa se puso de pie, llevando el micrófono a sus labios y alejándose de Nicasia, quien seguía bajo el poder de los brazos de Vadik. El bastardo estaba disfrutándolo, podía verlo en sus brazos tensos sobre Nicasia y la pequeña sonrisa que asomaba en su rostro.

—Ya saben lo que los espera —continuó Meissa—. Feliz Día de la Unidad. Ya pueden retirarse a sus celdas. Y no —añadió—, no habrá cena.

—Lo voy a matar —soltó Bellamy cuando Wells lo tomó de la camisa, haciéndolo chocar contra la pared detrás de él.

—Cálmate, Bellamy. Solo empeorarás las cosas —murmuró entre dientes. Wells era más fuerte que él, por lo que no tuvo más opción que ceder a su agarre. Detrás de su amigo, vio a Vadik soltar a Nicasia, permitiendo que se pusiera de pie como si hubiera sido decisión suya arrojarse al suelo. Caminó hasta las escaleras en un paso resuelto mientras Finn se dirigió a ellos.

Dominado por la ira, Bellamy alejó a Wells de un empujón.

—¿Qué pasa, Finn? —cuestionó en cuanto un pálido y sudoroso Finn se detuvo ante ellos. Pasó una mano por su cabello largo, mirando a Wells por un instante—. Puedes confiar en él —añadió, a pesar de que imaginaba la mirada perdida en su compañero.

Finn sacudió la cabeza, concentrándose en Bellamy.

—No sabía que sería tan malo —susurró, arrastrando las palabras—. La van a matar —aseguró—. La van a matar —repitió, mirando el suelo en desesperación. Bellamy estuvo a punto de tomarlo de la remera para exigirle respuestas cuando volvió a mirarlo—. Tienes que ayudarla. Es la única manera que tiene para vivir. Encuentra a Ozias. —Se acercó a él, apoyando una mano en su hombro—. El muchacho que pidió el vis a vis íntimo, trabaja para él.

La revelación lo entumeció de pies a cabeza. Cuando recobró el sentido, Wells tomó a Finn de la camisa para arrastrarlo a su celda detrás de ellos. El alboroto que reinó en confinamiento llegó a sus oídos. Los guardias empujaban a aquellos reclusos que se negaban a ingresar a sus celdas, exigiendo la cena o hablar con Meissa, quien desapareció a través de las rejas al igual que un espectro.

Bellamy ignoró el caos. Debía buscar a Jevon Kimball. Sus sospechas eran ciertas.

—¡¿A dónde vas?! —Wells volvió a tomarlo del brazo. Esta vez, Bellamy se alejó de un salto. No podía perder tiempo.

—Voy a buscar a Jevon, Wells. No te metas —susurró, girando sobre sus talones cuando su compañero lo detuvo una vez más—. ¡Suéltame! —gritó.

Errante || Bellamy BlakeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora