Veintisiete.

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NICASIA

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NICASIA

Mientras Avram se ocupaba en que las heridas del rostro no necesitaran suturas, Bellamy había dado un paso al costado, observando los movimientos del médico con atención.

La culpa invadió a Nicasia.

Le hubiera gustado decirle la verdad, lo que planeaba hacer. Quitarlo del medio, porque no había forma que las intenciones de Bellamy acabaran en buen puerto.

La única razón por la que había aceptado ir a aislamiento era porque estaba demasiado débil como para escapar. Además, quería asegurarse que Finn estuviera bien. La imagen de su rostro hinchado y sangrante la acompañaría hasta en las pesadillas.

Estaría unos días en el agujero, aceptando el plan de Bellamy para involucrar a Jex. Aceptaría la mano de Jex como ayuda, pero en cuanto se repusiera, le pediría a Bellamy o a cualquier guardia, que la sacara de aislamiento. Estaba segura que Vadik le daría alguna que otra visita y estaría contento de sacarla, arrojarla a los lobos hambrientos una vez más. La sed de violencia era mucho más fuerte que el razonamiento en Vadik.

Lo tomaría a su favor.

Por otro lado, no sabía lo que estaba pasando con Bellamy. Su necesidad por ayudarla la tomaba por sorpresa; no estaba acostumbrada a este tipo de trato. Comprendía, también, que no importara cuántas veces le pidiera que diera un paso al costado. Bellamy la ignoraría. La envolvía en un aura dorado que, al alejarse, su corazón se marchitaba al ser incapaz de contarle lo que tenía en mente.

—Has hecho un gran trabajo, Bellamy —anunció Avram, dando un paso hacia Nicasia para tenderle una pastilla con un vaso de agua.

Bellamy asintió con los brazos cruzados sobre su pecho.

Avram volteó hacia Nicasia.

—Tendrás que venir mañana para tomar otra de esas. Bajará la hinchazón y el dolor.

—Derval estará en aislamiento —interrumpió Bellamy, acercándose a ellos. La asombró la crudeza con la que reveló los detalles. Avram lo miró descolocado—. No puedo asegurar que siga con vida hasta mañana si retoma las actividades —continuó. Su corazón se detuvo cuando Avram apenas pestañeó; luego, respiró.

—Lo entiendo —susurró Avram—. Es horrible lo que están haciendo. Intenté hablar con Meissa pero no ha querido escucharme.

—Dudo que escuche a cualquiera que no sea Vadik.

Avram bufó, sacudiendo la cabeza.

—¿Cuál será la excusa?

Lo que Nicasia estaba observando, parecía sacado de una película.

—Derval quiso atacarlo. La detuve y la llevé a aislamiento.

Avram asintió, comprendiendo el plan. Tomó el vaso de la mano de Nicasia y lo dejó sobre la mesita.

Errante || Bellamy BlakeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora