BELLAMY
Al abrir los ojos, la luz blanca sobre él lo cegó por completo. El dolor intenso en su estómago lo dejó sin aire.
—¿Bell?
Inclinó la cabeza, abriendo los ojos para encontrarse con el rostro de su madre sobre él. Una sonrisa iluminó el rostro exhausto al ver a su hijo recobrar el conocimiento.
—¿Cómo estás? —preguntó Aurora, su voz ronca. Había estado llorando—. Los médicos dijeron que te recuperarías pronto...
Levantó la cabeza. Estaba en una habitación de hospital. La ventana con las cortinas bajas, la puerta junto a esta. El sillón a su lado, donde Aurora había pasado los últimos días.
—Octavia estará contenta... —murmuró. No sabía por qué lo hacía. No había nadie allí dentro que pudiera oír su conversación—. Vino Wells a verte —continuó. Una vena comenzó a palpitar en su frente—. Y una muchacha... —añadió, captando su atención—. Una chica muy bonita.
Nicasia.
Nicasia había estado en la lavandería el momento en que se desató el motín. Fue de repente, una bomba que estalló sin previo aviso. Los reclusos se abalanzaron sobre los guardias, quienes se vieron obligados a retroceder. Gritos, golpes. Bellamy pensó de inmediato en Nicasia. Debía sacarla de allí. Sahara la encontraría, la mataría. Cuando llegó al lavadero, se llevó una gran sorpresa. No necesitaba más explicaciones de lo que tenía ante sus ojos. Nicasia estaba a punto de quitarle el protector al conducto de aire. Estaba por escapar.
Pero se había quedado por él.
—Tengo que irme —repuso, quitando las sábanas del medio.
—No, Bellamy —interrumpió su madre, apoyando las manos en su pecho. Sintió una punzada en el estómago que no lo detuvo—. ¿A dónde piensas ir en el medio de la noche?
Bellamy tomó las manos de Aurora entre las suyas, alejándolas. Su madre nunca había tenido la fuerza suficiente para detenerlo, mucho menos ahora cuando su alimentación no era la mejor debido a que dividían las raciones entregadas por el Consejo en los tres: Bellamy, Aurora y Octavia. Además, pasaba horas trabajando. Estaba agotada.
Apoyó los pies en el piso frío, soltando un gruñido cuando se quitó la intravenosa y se puso de pie.
—Bellamy, no me obligues a llamar al médico —amenazó su madre con los brazos cruzados.
No se detuvo demasiado. Sabía que no lo haría. Cuanta menos atención tuviera la familia Blake, mejor.
—¿Trajiste ropa? —preguntó.
—Bellamy, cariño... —rogó—. Por favor... —sollozó.
Bellamy la miró.
—Ve a casa, mamá. Estaré allí pronto.
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Errante || Bellamy Blake
FanfictionNicasia Derval ha sido condenada a confinamiento por ser cómplice de uno de los delincuentes más famoso y buscados en el Arca. A pesar de la mayoría de edad, el Gobierno le concede dos meses para confesar o ser flotada. Derval tenía claro cuando ing...