Imparable: Saitama villano

21: Tareo

A veces solo hay que ver a los niños para saber el reflejo de los adultos, su miedo, sus decisiones, su felicidad, ellos nos muestran que por mas puro que uno sea, siempre habrá algo a lo que temerle.

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Tareo

Tareo estaba en un pequeño parque, donde hace algunos días había conocido a un señor con el cual había platicado mas de una vez.

Estaba leyendo un libro, este era la recopilación de los héroes.

Mientras leia escucho un pequeño estruendo sin saber nada de nada, incluso sintió una fuerte corriente de aire pero no fue hasta que el miedo de la ciudad, los gritos, las lagrimas, empezaron a escucharse que se dio cuenta de que algo estaba mal.

En eso sus padres llegaron por el y se lo llevaron a casa.

-¿Que es lo esta pasando?- Pregunto el pequeño.

-Al parecer un terrible kaijin acaba de destruir ciudad A, ciudad Q, ciudad P, ciudad O, ciudad M, ciudad N y una buena parte de ciudad K, ciudad B y ciudad Y no se han reportado por lo que se piensa que también cayeron, esto junto a la destrucción de ciudad Z de hace unos meses, la muerte de la población de ciudad J, supone a un mas de la mitad de las zonas habitadas- le dijo su padre mientras caminaban rápidamente a su casa la cual estaba casi en el centro de la ciudad.

Sus padres dejaron al pequeño en casa mientras ellos salían a informarse mas y a conocer donde serian evacuado.

Tareo veía por la ventana al centro, sobre todo a la enorme pantalla que estaba ahí donde vio la destrucción causada.

Pero de repente vio como una cabeza salía volando, y luego otra y otra.

Alguien estaba matando a la gente.

Tareo no hiso nada mas que observar como morían todos sin el poder hacer nada.

En eso vio como se detenía aquel que estaba matando ante la suplica de un hombre, ante el horror de Tareo, ese era su padre.

No podía saber que era lo que decían hasta que aquel calvo, para su horror, Saitama los mato sin ninguna piedad, para luego ir y tomar un mapa y simplemente largarse.

-Mama, Papa.

Tareo solo se quedo viendo a sus difuntos padres con lagrimas en los ojos, y no solo eso, también con miedo, solo sintió como sus rodillas se debilitaban mientras caían poco a poco al suelo, hasta que se arrodillo en este, ni siquiera el bullicio de las calles le llamaban la atención, solo sentía miedo.

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Estaba amaneciendo, Tareo se había quedado dormido en el suelo, ahora el bullicio no se escuchaba, solo se escuchaban los gritos de algunos desafortunados a lo lejos.

Hasta que comenzó a escuchar no a personas, si no a monstruos.

-Los estúpidos humanos se están escondiendo, solo hay que encontrarlos y matarlos, no hay nadie que los proteja.

-Busquen en las casas, ellos son como ratas, veremos ahora quien es mas fuerte.

Los monstruos se separaron entrando a las casas y departamentos, estos eran unas cosas sin pelo los cuales caminaban apoyados en sus extremidades delanteras o mas bien brazos como si fueran gorilas, tenían unas piernas pequeñas pero con garras como de águilas y una boca la cual se abría en tres partes mostrando una boca con pocos dientes pero aterradora.