La señora Jeon era una mujer mayor cerca de los 60 años o quizá un poco más, era propietaria de una extraordinaria vida llena de opulencia, es decir, era dueña de la mayor empresa hotelera de Asía.
Su vida entera pertenecía a los negocios de los cuales ya estaba cansada por lo que repartiría los deberes entre sus dos únicos nietos a los que crió como sus hijos debido a que en el pasado sus padres fallecieron a causa de un inesperado accidente de carretera, ambos niños quedaron huérfanos por lo que dedico su vida a ellos.
La crianza que brindo fue limpia sin restricciones o límites, ambos niños tuvieron de todo incluyendo una libertad sin igual lo que para personas de su entorno era oro puro, criados con valores y principios sin igual, sin embargo, ambos niños desarrollaron un carácter de acero, quizá un tanto por la ausencia de su abuela o la muerte tan repentina de sus padres.
Jihyo por un lado era implacable en todo, tan autoritaria que nadie podía ponerse en su contra, una sola mirada de la niña ponía a todos a temblar, era un tanto caprichosa, aunque también tenía un alma buena y bondadosa, una vez que la conocían podían meter las manos al fuego por ella.
Por otro lado estaba Jungkook el era un tanto diferente un hombre sumamente reservado que a simple vista demostraba ser ególatra y perfeccionista, su imagen era de dios inalcanzable, desidido, suspicaz, perfecto.
Ambos chicos tenían ya un año en la empresa familiar, ellos eran sumamente buenos al desempeñar su labor, quizá por eso la señora Jeon se sentía tan feliz de poder delegar todo a ambos, además ellos tenían parejas estables con las que ella soñaba que se casarán, al fin todo seria perfecto.
- ¿madre entonces te irás hoy? - preguntó la chica miéntras se colgaba del brazo de la mujer.
- solo serán dos semanas - con amor respondía la ansiana.
- te extrañaremos demasiado - dijo la niña mientras hundía su cara en el pecho de la mujer.
- lo se, pero tengo que ir a estrechar la mano de ese nuevo socio - con dulzura paso la mano entre el cabello de la pequeña.
- ¿por qué? - como berrinche resoplo la chica.
- el es importante, sabes que nos abrirá paso a América si todo sale bien - sujeto la cara de su nieta. Después de una cálida despedida salió del despacho de esta rumbo al despacho de su pequeño conejito.
La dama caminaba con armonía por los silenciosos pasillos de la presidencia de su majestuosa compañía, sin buscar sus oídos comenzaron a escuchar una plática sin igual, detuvo su paso casi al instante.
- ¡por fin!, por fin ahora serás la señora Jeon, te llenaras de Lujo y riqueza, te dije que salir con Jeon te llevaría más lejos que solo estudiar duro - la voz pertenecía a aquella señora que siempre le daba una falsa sonrisa, la madre de Kim Yerim.
- ¡lo sé! - la respuesta de la niña fue la incorrecta para los oídos de la anciana mujer, más aún teniendo en cuenta el amor que la mujer tenía para ella.
Completamente enfadada siguió su paso, ¿Cómo podía pasar esto?, Todo parecía estar mal ahora, la chica que pensó era buena no lo era. Casi estando a la puerta de su nieto el la interceptó.
- ¿Todo bien madre? - tomo el brazo de la mujer y la ingreso dentro de su despachó.
- si - intento ocultar sus emociones - solo paso a despedirme iré a América a firmar el último contrato que haré, después de eso..... - tuvo miedo a sus palabras, ahora ella no quería que el se casara con esa falsa mujer.
- lo sé, abuela lo sé - el chico respondio tajante a su idea, no por qué no lo deseara, el deseaba desposar a Yerim, pero no quería que su abuela se presionará por algo así. Sin más preámbulo la ansiaba se marchó.
Una vez en el avión pensó mil veces en que debería de hacer, no quería dañar la integridad de el corazón de su conejito pero no permitiría que el desposara a esa terrible mujer. Al llegar a su destino fue recogida por la limusina de el señor Park un empresario de asendencia coreana que radico toda su vida en Estados Unidos, el era su nuevo gran socio que al igual que ella poseía una gran cadena hotelera por toda américa del norte y gran parte de Europa.
La anciana mujer descanso ese día en la suite más cara de el magnífico hotel "Moon Blue" del que ahora sería socia.
Al día siguiente lo primero que hizo fue encontrarse con el señor Park en su despacho principal.
- sea usted bienvenida - con calidez el hombre dió una reverencia de 90 grados a la mujer demostrando sus respetos, ella a su vez inclino un poco la cabeza en respuesta y siguiendo los protocolos de su nación tomo asiento frente de el señor Park.
- ¿gusta algo de beber? - de inmediato ofreció el hombre con total amabilidad.
- si - respondió la mujer dando un vistazo a las fotos que se mostraban en el escritorio frente de ella - ¿Quien es? - cuestionó al momento en que tomo entre sus manos un cuadro con una foto en ella.
- mi hija - respondió el hombre un tanto frío.
Dos horas pasaron como un chasquido, ambos trataron temas referentes a su convenio, al final todo estaba dicho y tenían solo que firmar el acuerdo acordado, pero en la extraña cabeza de la señora Jeon creció una idea descabellada.
- usted sabe que en el pasado nuestros ancestros prometían algo más que solo negocios, ¡¿no es así?! - habló la mujer sin titubeó.
El señor Park quedó en una pieza, en realidad el no esperaba tal propuesta - si, claro que lo sé solo es que no espere que usted pidiera eso - respondió con franqueza.
- no me lo tomé a mal, solo creo que sería mejor asegurar esto con lazos más fuertes - permaneció firme.
- ya veo, no hay ningún problema, ella tiene 23 años su nombre es Soo Young - como si de un juguete se tratará el señor habló.
Los ojos de la señora Jeon se sorprendieron de con que facilidad había aceptado, pero no le dió mucha importancia ya que esa era su oportunidad, un clavo saca a otro clavo y obviamente una señorita de la posición de Soo Young no buscaría a su nieto por interés, además aunque suene mal la mujer solo necesitaba a Soo Young para arrancar de su nieto a esa mujer sin corazón.
Sin más salió de ahí con un nuevo contrato y con la oportunidad de arrancar la mala hierba de su familia......
ESTÁS LEYENDO
Luna Fría
FanfictionEl amor cura o mata. Jamás sintió amor por nadie tal vez eso la llevo a amar tan pateticamente a un patán. Después de ser forzada a vender su vida tuvo una especie de estocolmo que la llevo al mismo infierno, ¿Al final fue feliz o infeliz?.