El amor cura o mata. Jamás sintió amor por nadie tal vez eso la llevo a amar tan pateticamente a un patán. Después de ser forzada a vender su vida tuvo una especie de estocolmo que la llevo al mismo infierno, ¿Al final fue feliz o infeliz?.
Frente a la puerta de el hotel mi ser interno se reprimía por mi comportamiento extrañó, tenía que afrontar las consecuencias de mis actos y no podía evitarlo por siempre, puse ambas manos en mi rostro y luego abrí la puerta para ingresar.
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Dentro alcance a mirar la espalda de el individuo entrando en el baño, quizá también quería evitarme, eche mi cabello para atrás con algo de nervios, luego fui asta el baño, ahí estaba mi maleta por lo que tenía que entrar lo quisiera o no.
Miro mi cara y siguio colocando sus cosas en su maleta, por mi parte tome el bolso que tenía como portaequipaje e imite su acto, al cielo no tenía muchas cosas que guardar en el.
Luego de meter toda su ropa dentro de su valija salió del baño, por fin saque ese aire que parecía retener por su presencia, abrí los cajones de el clóset tome mis accesorios de limpieza personal me puse una chaqueta y un par de zapatillas.
Salí de el baño para tomar mi pasaporte de el buró junto a la cama, una vez e mis manos fueron presa de mi maleta, coloque la bolsa enorme en la cama y fue cuando el hablo.
- Soo Young - puse mi atención en el de golpe - ¿puedes venir? - pidió cuando dió algunos pasos a el sofa.
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No tenía sentido esperar más por esa plática, apreté mis ojos y seguí sus pasos, me senté a un lado de el, mire que tenía consigo un par de hojas.
- Soo Young, anoche tu y yo...... Bueno ya sabes que pasó, tu mencionaste una salida para este matrimonio y yo acepté, pero quiero que sepas que lo que te dije ayer es lo que en realidad pienso.
Si fuera una chica cualquier me sentiría tan ofendida pero teniendo en cuanta que yo fui quien le propuso el acto no podía ofenderme, asenti con la cabeza esperando escuchar todo lo que diría.
- por eso quiero que leas este documento, es algo improviso pero en esencia es un acuerdo sobre lo que queremos.
Tomé las hojas de sus manos, a los Jeon les encantaban los acuerdos solo dos meses con ellos y ya estaba sujeta bajo tres contratos exclavistas, me dispuse a leer con atención su acuerdo.
