XXXVIII

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Bajando las escaleras de la mansión alcance a escuchar susurros dentro de el comedor, me acerque un poco quería tomar algo para desayunar, tenía hambre el día anterior no comí nada y me estaba muriendo.

Al estar parada en la división de la cocina y el comedor escuché más claro la conversación, ellos decían cosa sabré mi, Jihyo explicaba sobre mi presencia ahí, me sorprendió demasiado escuchar que yo era su prima, sentí una aguja más en mi corazón sangrante.

Mi semblante cambio, al querer retroceder Daniel se dió cuenta de mi presencia, era demasiado tarde para correr, así que me interne en el comedor.

- hola bonita, ayer no nos presentaron, soy Ravi  - el tipo abrió una silla para mi a su lado, siendo muy sutil me negué con un movimiento, tome un vaso de jugó y un pan tostado en un plato

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- hola bonita, ayer no nos presentaron, soy Ravi  - el tipo abrió una silla para mi a su lado, siendo muy sutil me negué con un movimiento, tome un vaso de jugó y un pan tostado en un plato.

- ¿Cómo te llamas hermosa? - ahora la niña preguntó, no tenía fuerza para hablar aún asi tenía que responder.

- Soo Young - puse una cara linda a ella.

- woooooo es más hermosa cuando sonríe - de nuevo el chico de antes habló.

- ¿Por qué no te conocíamos?, conocemos a estos chicos desde hace años pero no teniamos el placer - un chico al fondo con cara de pocos amigos preguntó.

Jihyo parecía muy nerviosa, estaba tan preocupada que el color rojo en sus mejillas comenzó a ponerse azul o negro, Daniel solo me miraba con tristeza y el individuo junto a Yerim incluso no miraban a ningún lado, parecían apenados incluso ellos sabían que estaba mal.

- me supongo que por qué siempre he vivido en California - respondí con toda la serenidad que había adquirido en todos esos años de dolor a lado de mi papá.

- ¿eres Americana?.

- no, soy coreana pero crecí en California.

- woooo entonces esto es destinó, estamos destinados - Ravi volvió a decir, solo le otorgue una sonrisa y con mis alimentos en las manos me disculpé.

Con mi paso elegante camine asta el jardín una vez ahí me desplome en un pequeño sillón, deje la comida en la mesita, perdí el apetito por completo entonces solo no los comi.

Ahora el ni siquiera quería el vestigio de mi presencia en su vida, el individuo había llegado a un punto que no podía soportar, estuve bien cuando me dió un contrato, estuve bien cuando me tocó por primera vez, estuve bien cuando me enteré que tenía a alguien, estuve bien durmiendo con el para darle su libertad, estuve bien cuando corrió tras de Yerim, estube bien cuando se descaro en mi presencia pero ahora no podía estar bien.

Por más que me quisiera lejos de el era demasiado el decir que era su prima, mire al cielo con la cabeza pérdida, estaba herida, sin embargo yo tenía la culpa por todo ese sufrir, nadie me dijo que me enamorara de alguien que desde un inicio me dejó claro que jamás sucedería, que entre nosotros no ocurría nada.

Luna FríaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora