El amor cura o mata. Jamás sintió amor por nadie tal vez eso la llevo a amar tan pateticamente a un patán. Después de ser forzada a vender su vida tuvo una especie de estocolmo que la llevo al mismo infierno, ¿Al final fue feliz o infeliz?.
Opte por no llevar ropa conmigo, no sabía que tipo de clima estaba en corea ni la moda ni nada, además que me serviría si en California solo usaba shorts y playeras, decidí comprar ropa nueva estando ahí, de algo me servirían los 100 millones con los que fui hechada de casa, al final solo empaque una pequeña maleta con todo lo básico para el viaje, empaque también todos mis documentos oficiales y algunas mudas de ropa interior, tan básico que jamás imaginé un día viajar así.
De ropa me puse unos jeans ajustados, una playera blanca y un par de tennis, en la mano un abrigo amplio para el frío, mi vuelo seria a las 3am entonces necesitaba estar un par de horas antes en el aeropuerto, pero antes de irme tenía que ver una vez a mi papá.
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Los taxis eran mi trasporte favorito así que tome uno para la oficina de papá, sin anunciarme subí por el ascensor asta estar en su oficina, me sujete de la perilla antes de entrar, la vista le mi padre me escaneo como a un código QR, rápido y conciso.
- hola - saludé sin recibir respuesta, en mi estómago mis intestinos dolieron por su desdeñosa actitud.
- solo estoy aquí para despedirme, no se cuándo te vuelva a ver así que solo quiero decir adiós - mis manos sudaban como niña pequeña, miéntras miraba que no se inmutaba en lo más mínimo.
- arregle los papeles de el fideicomiso,abri varias cuentas e inversiónes básicas en el banco, llevó conmigo 20 mil dólares y varias tarjetas de crédito para estar ahí - quería decir que lo amaba y lo extrañaría pero no podía, el tenia un freno en mi que me impedía hacerlo - mi vuelo sale en la madrugada a las 3am para ser precisa - sonreí un poco.
El hombre frente de mi no tenía un solo gesto de tristeza o dolor por mi partida en cambio estaba inmerso completamente en sus asuntos tanto que me parecía estar estorbando.
- bueno me voy - di media vuelta con el deseo a cuestas de que se levantara y me abrazara o que tan solo me deseara buen viaje o de una palabra de amor, pero atravesé la puerta y ninguna de mis fantasías se hizo realidad.
El frío elevador de espejos me daba una imagen de mi patética expresión gris, la soledad de mi infancia se dislumbraba como un tirón en ese momento tan triste de mi vida, el dig de la puerta al abrir me volvió de golpe a la realidad unos segundos antes de volverme una loca en ese lugar.
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