XXIII

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Entre en en aquel departamento frío una semana después, era jueves, llegaba de el gimnasio así que estaba muy cansada, justo en el banco de la barra estaba sentado aquel individuo con un vaso de jugó.

Saludé cordial, dando las buenas noches, aunque en realidad no era tarde eran apenas las 7:00 pm sin embargo siempre que nos veíamos era pasada esa hora por lo que siempre daba las buenas noches.

Saludé cordial, dando las buenas noches, aunque en realidad no era tarde eran apenas las 7:00 pm sin embargo siempre que nos veíamos era pasada esa hora por lo que siempre daba las buenas noches

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- oye - de forma extraña me llamó. Gire a ver su rostro atenta a sus palabras - ¿ Tengo que llevarte a un lugar?.

Se levantó de su asiento dispuesto a salír, en una mano tomo su chaqueta y con la otra tomo mi mano, fue algo raro jamás habíamos salido juntos, además dónde iríamos.

- espera un momento - endureci mi cuerpo - ¿Dónde vamos?.

- el otro día...... - pensó con mayor detenimiento sus palabras y continuo - El tiempo se acorta, tenemos solo 9 meses antes de que el contrato de la abuela nos consuma - bajo la vista al piso - agende una cita en una clínica cerca de aquí, algo pequeño para no llamar la atención.

Resignada por su explicación camine con el,  en el estacionamiento de el edificio aquel subí a su vehículo, era la primera vez por lo que me sentí realmente extraña estando ahí, no quise mirar mucho o poner mucha atención a su auto, pero el orden que prevalecía ahí me invitó a hacerlo.

Dentro olía muy bien, una mezcla a cítricos y sándalo, los colores neutros daban además una calidez exquisita, sin dejar de lado la tibia aura ahí. Solo unos minutos después nos aparco frente a una sencilla clínica de maternidad, nuestras miradas curiosas y temerosas escanearon el lugar de lejos.

- ¡bienvenidos! - una hermosa señorita nos recibío con una sonrisa, inmediatamente el individuo menciono la cita acordada.

- son los señores Parker, ¿Cierto? - lo mire con reproché. Utilizar mi salva vidas era demasiado atrevido.

- si somos nosotros - afirmo.

- esperen unos minutos que el médico los atenderá - nos sentamos en unas sillas cerca de el consultorio aquel.

- entonces, ¿ahora eres Parker? - sonó como reproché.

- pensé que sería mejor así, no quiero llamar la atención de nadie, mucho menos de la abuela, a estas alturas sabes que no se le va una además tú tampoco quieres que tú papá de enteré ¡¿no es así?!.

- no - me límite a una simple palabra, entendí que eso era lo mejor, sin embargo me dió nostalgia el pensar que tenía que estar como fugitiva ocultando algo. ¿Mi padre?, el mencionaba a mi padre, a estas alturas yo no le importaba, tenía cerca de tres meses con ellos y en ningún momento me llamo, para el yo era como algo por lo que no podía ser libre y ahora que ya no estaba cerca lo menos que quería era saber de mi, aunque la idea de Jungkook fue buena, me supongo que después de todo tengo que seguir respetando el apellido Park.

Luna FríaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora