XXXV

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Después de hablar con Hwasa por una hora me levanté para acompañarla a la puerta, tenía que irse para comenzar a poner en marcha mis planes, abrí la puerta y....

Fuera me encontré con la misma escena solo que está vez era yo la que se encontraba dentro, me sentí adormecida de volver a mirarlos juntos, tal vez el pensó que no había vuelto y por eso estaba con ella ahí, no se había conformado con hacerle el ...

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Fuera me encontré con la misma escena solo que está vez era yo la que se encontraba dentro, me sentí adormecida de volver a mirarlos juntos, tal vez el pensó que no había vuelto y por eso estaba con ella ahí, no se había conformado con hacerle el amor en la misma cama que a mí, su codicia era tanta que quería hacerlo en la misma casa, aunque ella tenía una ventaja, un privilegio, ella estaría en su cama.

Trague casi en seco e intenté no mirarlos, entonces me tomé de el brazo de Hwasa y seguí con ella, al sentir mi agarre la postura de mi asistente cambió, en su rostro me encontré con la peor expresión que le había visto, parecia realmente molesta.

- señor Jeon, señorita Kim - sin reverencia saludo casi al aire para luego continuar.

Sostuvo mi ser por algunos pasos asta el elevador en donde por fin solté un par de perlas preciosas en su hombro, el viaje en los angeles me hizo divagar en una vida que jamás tendré, en una vida junto a el, pero también el destino me abofeteaba con pinturas de ellos en los mejores lugares, para mostrame que el amor puede ser hermoso pero no siempre para nosotros.

Bajé con ella asta el lobby, Hwasa había pedido un taxi, pedí ir con ella para no estorbar en los planes de la pareja, estaba a punto de subir cuando fui sujetada con fuerza por el individuo, ahora mi expresión era diferente, ¿Por qué corrió a mi?.

- hablemos.

Aún en shock por su inesperada acción me detuve antes de subir, pensé brevemente en hablar con el o no, después de todo el aún tenía en mente que seguiría con nuestro contrató.

- puedes irte Hwasa, no olvides mi petición.

El taxi se fue luego de que cerré la puerta, entonces ahora solo estábamos el individuo y yo frente a frente.

- ¿Por qué no me llamaste? - parecía molesto.

- no pensé que lo necesitarás - nos miramos fijamente por algunos momentos  en los que no pude decir más.

- no pensé que lo necesitarás - nos miramos fijamente por algunos momentos  en los que no pude decir más

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Luna FríaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora