El amor cura o mata. Jamás sintió amor por nadie tal vez eso la llevo a amar tan pateticamente a un patán. Después de ser forzada a vender su vida tuvo una especie de estocolmo que la llevo al mismo infierno, ¿Al final fue feliz o infeliz?.
Las siguientes semanas fueron una copia de esa noche, a dónde quiera que fuera Yerim y Jihyo aparecían, incluso en Singapur y Japón. No di mucha importancia a su presencia, al fin yo era la prometida y tenía que tomar mi papel, no obstante, no pude olvidar las palabras de la niña.
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Sin embargo Jungkook parecía estar en otra sintonía, lejos de lo que escuche de labios de la Yerim, la parte que el no me quería a su lado y luchaba por romper conmigó, se comportó muy diferente. Desde el primer día juntos actuó como un verdadero novio y prometido, en Singapur me llevo a visitar algunos lugares, no puedo decir que fue romántico pero si atento, en Japón me tomo de la mano incluso frente a los representantes de la empresa. Y ni que decir de su actitud en la casa en Busan, recuerdo que me sentía muy incómoda, recordé la imagen de la última vez de el con Yerim. Refleje mi tristeza pero el solo la ahuyentó con bromas y Buenos momento.
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No entendía su actitud, ¿Por qué lo hacía?, ¡Era acaso por qué se había resignado!. Cuál fuese la situación su actitud hermosa solo daba más peso a mi desicion, no quería vivir con el así, no quería que el viviera como mis padres, tal vez en unos años, sin poder estar lejos de Yerim se fuese.
- ¿En qué piensas? - preguntó en cuanto se sentó a mi lado en la enorme mesa de aquel banquete.
- en cosas.
- ¿que cosas? - ladeó su cabeza a mi.
- solo en cosas.
- espero que sea en nosotros - a qué debía su comentario, además esa sonrisa.
El carmesí de la sangre coloreo mis mejillas, antes de poder hacer o decir algo una mujer de la compañía se paró en el podium.
- buenas noches a todos los presentes, está noche estamos reunidos como cada año para celebrar el cumpleaños de nuestro querido joven Jeon - la multitud rompio en aplauso - aunque está ocacion no será presentado como el joven Jeon, más bien como el presidente de la compañía Jeon.
Todos se levantaron de sus asientos incluído el individuo que con esa actitud tan avasallante camino asta el frente. Me dió una mirada coqueta antes de comenzar con su discurso de agradecimiento. Mirarlo me fascinaba, parecía tan imponente con esa belleza única que lo caracteriza, su elegancia nata me arrastraba con el. Verlo parado frente a mí, tan lejano me aterrizó de golpe al suelo, salí de ahí casi al punto de el llanto. Camine asta la recepción de el hotel, ahí estaba Cha, mi llanto se reprimió al ver que el estaba ahí.
