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— Vamos Bassettt, no seas un miedoso — susurre contra su oreja de frente haciendo que saltara del susto. Sonrío maliciosamente abriendo de una vez la gran puerta.
— No tengo miedo — hablo a mis espaldas, ruedo los ojos y lanzo el balón al piso.
— Okey, Josh ¿que mierda apostaremos? — pregunto girándome a él y al verlo sonreí mostrando todos sus dientes hizo que me confundiera.
— Quiero una cita.
— ¿Que? — pregunté cruzándome de brazos.
— Que quiero un cita, tú y yo.
Hago una mueca y sonrío — esta bien, solo que si yo gano, bailaras conmigo.
— Eso es fácil — sonrío de lado y avanzó hacia mi con las manos en sus bolsillos.
— Ballett — sonreí como macabramente al ver cómo fruncía su ceño.
— No... — se negó avanzando al balón a unos metros de mi, tomándolo entre sus manos.
— Eres una gallina, Bassett.
Escucho un fuerte suspiro y instantáneamente sonrío feliz avanzando a la arquería bajo el tablero de basquetbol — esta bien, pero hagamos esto mas interesante.
— ¿Que quieres? — subí una ceja quitando la sonrisa.
— Gol y una prenda — veo cómo arruga su nariz mientras sonríe como un tonto haciendo que mis mejillas se calentaran.
Solté una carcajada y amarre mi cabello en una coleta desordenada — bien, genio, empieza tu.
— ¿Preparada para perder, Lily?
— Realmente estoy preparada para ganar, Bassett.
Sonrío confiada colocándome en posición, abriendo bien mis piernas haciendo que se subiera un poco la faltada que llevaba y alzando mis brazos a cada lado intentando vivir lo más que podía la red.
Josh por fin coloca el balón en el piso dando unos pasos atrás para tomar impulso pegándole con fuerza haciendo que diera en una esquina de la red, anotando el primer punto.
Mire al piso dándome cuenta que tenía que quitarme una prenda, entonces veo mis zapatillas y sonrío burlona quintándomelas.
— ¡Hey! ¿que haces? — preguntó confundido el castaño.
— Me quito una prenda — subo mis cejas presumida y camino a él con mis zapatillas blancas en mi mano, al llegar frente a él las lancé a un lado sin dejar de mirarlo desafiante.
— Eres una tramposa — reclamó el chico arrugando su tierna nariz, alzó mis hombros quitándole importancia.
— Ve a la portería y lánzame el balón, Bassett.
— Lo que sea — el chico rueda sus ojos y pasa por mi lado a paso lento tomando el balón del arco para tirarlo hacia mi con una mueca.
Muerdo mi labio mirando entre el balón y el chico posicionado en la arquería con sus brazos bien estirados y una mirada concentrada sobre mi.
Entonces pateo el balón con fuerza cayendo sobre una mano del chico rebotando y volviendo a mi, suspiro molesta y camino sin decir nada a la portería con un puchero en mi boca.
— Cuando haga este gol quiero que se vaya la camisa — hablo el chico seguro a unos metros de mi pasando su mano por su cabello rizado.
— ¿Que? tu no puedes decir eso, no es parte de las reglas.
— Bueno, ahora es parte de las reglas — sonrío de lado vi cómo remojaba sus labios — mi juego mis reglas.
— Te odio — bufé para posicionarme bien en la zona — lanza luego, Bassett.
— A sus órdenes — sonrío arrogante para parear con fuerza el balón que cayó por encima de mi cabeza sin poder evitarlo entrando en la red.
Suspiro derrotada para quitarme la camiseta de abajo de la falda y alzarla por mi cabeza quitándomela del cuerpo dejando al descubierto mi brasier color blanco de encaje, que apretaba mis pechos por ser una talla más baja dejándolos un poco hinchados a la vista.
— ¿Feliz? — pregunté irritada cruzándome de brazos haciendo resaltar mis pechos a propósito. La mirada perdida de Josh estaba sobre ellos.
— Muy feliz — contesto contento caminando hacia mi colocándose a mi lado, lo miro con mis ojos entrecerrados y camino hacia donde el estaba hace unos segundos.
El balón llegó a mis pies y lo detuve para dar unos pasos atrás y correr hacia el golpeándolo con fuerza, tanta que hizo que mi pecho derecho saliera del brasier, inmediatamente me tape con ambas manos viendo cómo el balón estaba dentro de la red.
— ¡Si! — grité emocionada alzando ambos brazos en el aire — te toca, Bassett.
— Me desconcentrarse.
— No fue mi culpa.
— No es justo — se quejo como niño pequeño quitándose la camisa botón por botón dejándome ver su abdomen perfectamente formado con ningún bello.
— Puffff — me mordí el labio recorriéndolo con la vista — para mi si que es justa la vista — avance hacia el quedando cara a cara — te toca, Bassett.
El juego siguió por largos minutos eternos, las prendas y los goles iban y venían, los dos ya nos encontrábamos en ropa interior frente a frente. Yo junto al balón y el mirándome desde el arco con una gran sonrisa en su rostro.
— Es el punto definitivo — habló fuerte el chico subiéndose los bóxers, muerdo mi labio viendo la increíble imagen que me daba el chico.
— Si lo hago, gano.
— Así es, pero no te confíes, porque lo atraparé.
Entre cierro mis ojos desafiante y doy una lentos pasos atrás mirando mis pies descalzos sobre la madera de la cancha. Levanto la mirada y veo a Josh, sonrío de lado y avanzó nuevamente los pasos pegándole al balón con suavidad y en cámara lenta este rodó por el piso hacia el chico quien frunció su ceño antes de colocar su pie sobre este.
— Oh, perdí — sonreí inocente y caminé a él a paso lento.
— Me dejaste ganar — escuche el suave susurro del chico.
— Esperare tu mensaje, Bassett.
— ¿Que? — pregunto en alto el chico.
— Para nuestra cita, ganaste la apuesta — guiño mi ojos y con mis cosas ya en mano camino a la salida del lugar.
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